La instalación de 12.000 metros cuadrados alberga más de 3.000 especies de todo el mundo, incluyendo plantas raras y protegidas.
El invernadero está dividido en tres secciones: una de plantas raras, una de plantas del desierto y una de especies tropicales. Está diseñado para recolectar agua de la lluvia que después se usa para regar las plantas.
El árbol Ipoh procedente de la península Malaya es considerado el árbol más venenoso del mundo, las tribus locales usaban su savia como veneno para flechas y dardos. Algunas gotas de su sabia pueden matar a un ser humano adulto, las tribus locales untaban las flechas y los dardos con este veneno.
Un olivo trasplantado de 300 años es otra de las atracciones. Es el más antiguo de su variedad que crece en el interior de un invernadero.
“Se necesitaron grandes esfuerzos para transportar todas las plantas desde su hábitat original hasta aquí, temíamos que sufrieran daños”, comenta Ma Yun’an, director del Departamento de Parques y Jardines de Shanghái, administración que se hace cargo del parque y del invernadero.
Afortunadamente todas las plantas sobrevivieron al viaje sin problemas.
Otro de los puntos de interés del parque es el Jardín Mina, situado en una antigua mina de la Colina Chenshan que funcionó desde mediados de los años cincuenta hasta de década de los ochenta.