Guangzhou, Vida en la Casa de Té
Como tradición, los cantoneses están adictos a beber el té. Beber té no es sólo una costumbre, sino también un estilo de vida de los cantoneses. Indudablemente, la casa de té es una rama de Guangzhou.
Actualmente, beber té en una casa de té cantonesa no sólo incluye el té, sino también tentempiés (o dim sum en el dialecto local). Dim sum es una importante parte en una casa de té, cuya fabricación y variedad puede revelar completamente la calidad de una casa de té.
En comparación con Beijing y Hangzhou, la casa de té cantonesa es afortunada por retener su sabor original. En Beijing, la generación joven ya se ha olvidado de la palabra “casa de té”; mientras que en Hangzhou, al igual que los bares hace unos años, la elegante casa de té se ha vuelto en un lugar para relajarse. No obstante, en una casa de té cantonesa, todo lo que usted oye, ve o huele es el sabor original de la vida.
Visto desde otro punto de vista, la casa de té se ha convertido en una parte del espíritu cantonés nativo; sólo aquí, aquellas personas que están siempre ocupados para vivir se detendrán y disfrutarán de la felicidad de vivir.
Muchos nativos cantoneses no pueden recordar la primera vez que fueron a una casa de té, quizás sea porque las casas de té han formado parte de su vida desde la infancia. Generalmente, en una casa de té cantonesa hay tres veces para tomar el té (té de la mañana, té de la tarde y té de la noche). Normalmente, los hombres de tercera edad beben el té de la mañana, su principal forma de relajación durante su tiempo libre. Los jóvenes prefieren tomar el té de la tarde y el de la noche.
Todo tipo de tentempiés son servidos, mostrando lo mejor del arte de fabricación de tentempiés. Los dim sums más populares son los ravioles de camarones, ravioles al vapor con la pasta en la parte superior, albóndigas de ternera, y rollos de tallarines de arroz. Solamente con escuchar estos nombres, usted ya puede imaginarse la satisfacción de una familia al sentarse y comer dim sums tan deliciosos. Algunos hombres de tercera edad pueden pasar medio día en una casa de té con sólo una tetera y dos piezas de tarta taro o tarta de rábano.
Aunque las casas de té cantonesas son muy ruidosas, nadie juega a las cartas o al mah-jong. En vez de eso, la mayoría de las personas sólo charlan o leen un periódico, claramente diferente a las otras ciudades.