Todavía tienen permitido viajar los grupos turísticos hacia el Tíbet, pero el buró turístico de la región ha sugerido que se pospongan los planes de viaje por los disturbios del viernes pasado en Lhasa en los que murieron al menos 13 personas.
"Las instalaciones turísticas alrededor de los sitios panorámicos, como el Templo Jokhang, han sufrido daños considerables por los disturbios, disminuyendo su capacidad de recepción", dijo Wang Songping, subdirector del Buró de Turismo del Tíbet, y agregó que el gobierno local no impuso una prohibición a los viajeros hacia la región.
"Así que sugerimos que las agencias de viaje suspendan la organización de turistas para que vengan al Tíbet".
Los disturbios se dieron en la ciudad sagrada el viernes por la tarde. Los manifestantes incendiaron más de 300 lugares, incluyendo a comercios, hogares, bancos y oficinas de gobierno y destrozaron e incendiaron 56 vehículos, principalmente en el centro de Lhasa.
Para los turistas que vayan a la región de la meseta por sí mismos, Wang sugirió que primero visiten otros lugares en el Tíbet antes de ir a Lhasa.
"Por supuesto que esto afectará al turismo del Tíbet hasta cierto punto, pero se trata de algo temporal", indicó Wang.
"Marzo nunca es la temporada pico del turismo para el Tíbet. Tenemos mucho optimismo de cumplir nuestro objetivo establecido para el año 2008, que es recibir 5,5 millones de turistas", señaló.
El Tíbet recibió a 4 millones de turistas nacionales y extranjeros en 2007, 60 por ciento más que en 2006.
La remota región suroeste ha experimentado un auge turístico en los últimos años, en especial desde que comenzó la operación de la vía férrea Qinghai-Tíbet en julio de 2006.