En años recientes el nivel de agua de este lago, conocido como el “primer lago de los desiertos de China”, ha ido bajando drásticamente, con la superficie disminuida desde algo más de una hectárea y media a solamente 0,5 hectáreas y la profundidad de agua reducida desde 10 metros a apenas 1,1. A fin de salvar el lago Yueyaquan, un milagro de agua y arena, el municipio de Dunhuang, provincia de Gansu, ha tomado medidas de canalización, suministro y ahorro de agua.
El lago, situado a cinco km al sudoeste de Dunhuang, se asemeja a la luna creciente. Históricamente, según documentos, está rodeado de montañas, “con agua y arena”, pero sin ser tapado por ésta. Es, de veras, un milagro en los desiertos, pues se ha mantenido espejeantes en los pasados dos mil años a despecho de las tormentas de arena.
Debido a su ubicación especial y a la actividad de producción irracional del hombre, sin embargo, sus aguas han descendido vertiginosamente y su superficie se ha menguado rápido, pasando a ser uno de los cinco paisajes más hermosos de China en proceso de desaparición. En los años 1950 el Yueyaquan medía 1,33 hectáreas de superficie y siete metros de profundo; en los 1960, seis metros de profundo, con aguas claras; en los 1970, bastaba para irrigar los campos de cultivo, pero su nivel empezaba a bajar, y en los 1980 las aguas bajaron seis metros comparación con 1960.