Aún a miles de millas de las playas familiares en EEUU, Beidaihe se parece mucho a un poblado de playa que vería en América. Las tiendas vendían bañadores y recuerdos cursis, mientras que la mayoría de los restaurantes servían mariscos.
Eran apenas las 7 de la mañana cuando llegamos a la estación de ferrocarril de Beijing. Compré billetes para el vagón con literas por 133 yuanes (16 dólares USA) y disfruté del viaje en tren de dos horas con una siesta, aunque podría haber comprado asientos por unos 70 yuanes (unos 8 dólares USA).
Cuando llegamos, aún tuvimos que ir a la playa en taxi. Fue un trayecto de sólo 15 minutos, y como las carreteras no estaban pavimentadas, tuvimos que subir las ventanas para evitar el polvo.
Nos quedábamos en la Casa de Huéspedes de Beidaihe para Misiones Diplomáticas y era preciosa. El complejo turístico tenía vistas a su propia playa privada. Esta Viña de Martha al estilo chino es el sitio donde los oficiales comunistas solían quedarse y celebrar importantes reuniones. Estaba impresionada por estar en el lugar donde el Presidente Mao solía nadar.
Las habitaciones eran cómodas con dos camas y balcones privados. El coste era de 250 yuanes para dos camas y aire acondicionado. También tenía restaurantes, pistas de tenis y salas de reunión.
Uno también podía hacer footing o pasear a lo largo de los muchos senderos retirados en el área. Para los más aventureros, se pueden alquilar lanchas motoras y otros equipos deportivos para divertirse en el mar.
El agua del mar estaba demasiado fría, por lo menos para mí, aunque algunos valientes se dieron un chapuzón. Disfruté estando tumbado bajo el paraguas, escuchando a las olas del mar y observando a las familias chinas y turistas posando para sacar fotos al lado del mar. El paisaje era increíble y el choque del agua contra las rocas es un buen sitio para sacar fotos.
Cuando comimos en uno de los muchos restaurantes de mariscos, elegimos a nuestra cena de los tanques, pero nos sorprendió ver a los empleados aturdiendo rápidamente a los peces golpeándolos sobre la acera delante de nosotros.
Las comidas estaban deliciosas - pero pagamos mucho por ellas. Nuestra cuenta fue de 1.592 yuanes.
Por la noche compramos tentempiés y helados y nos sentamos en grandes rocas al lado del mar. Parecía un lugar popular. Familias y adolescentes también estaban pasando y jugando.
La temporada alta de turistas empieza en junio. A medida que el agua se calienta, las playas se llenarán con más turistas y nadadores.
Al día siguiente regresamos a Beijing en tren y estaba convencido de que Beidaihe era el lugar ideal para relajarse y divertirse durante un fin de semana o un tiempo más largo.
(01/06/2007, spanish.china.org.cn)