Jugadores del fútbol brasileño, en coincidencia con la fecha 34 del Campeonato de primera división, iniciaron desde la víspera una jornada de protesta en los estadios para demandar mejores condiciones laborales, entre ellas cambios en el calendario de partidos.
"Todos por un fútbol mejor", reclamaron con pancartas en las canchas los equipos participantes en los siete partidos disputados la noche del miércoles pasado.
A estas protestas se prevé que se sumen los equipos que este jueves escenificarán los tres choques del cierre de la fecha.
En Porto Alegre, los jugadores del anfitrión Gremio y del visitante carioca Vasco da Gama, se quedaron parados con los brazos cruzados en los 30 segundos iniciales del partido. En el duelo entre Sao Paulo y Flamengo, los futbolistas de los dos equipos se pasaron el primer minuto intercambiando pases en su propio campo antes de iniciar el partido, ganado por el tricolor paulista.
Tras el silbatazo final el veterano portero del Sao Paulo, Rogerio Ceni, uno de los líderes del movimiento de protesta de los jugadores bautizado de "Bom Senso FC" (Sentido Común Fútbol Club), explicó en entrevista televisiva la importancia de la protesta y las demandas del grupo.
"Esto tiene un significado mayor del que se imaginan. Estamos aquí y somos socios. Defendemos algo importante para todo el mundo. Para los árbitros, los jugadores, incluso para los periodistas", dijo el máximo ídolo del tricolor paulista.
La principal reivindicación del "Bom Senso FC" es una reducción en el número de partidos que deben disputar los equipos de élite durante el año.
Además, los jugadores demandan al menos 30 días consecutivos de vacaciones entre diciembre y enero y una pretemporada más larga, de al menos 20 días.
Otras exigencias del grupo son castigos a los clubes que incumplan los pagos puntuales de salarios, que perderían puntos y hasta sería descendidos a divisiones inferiores y la participación de jugadores en los consejos que definen las normas de los campeonatos del fútbol nacional.
El "Bom Senso FC" fue creado en septiembre pasado, mediante la divulgación de un manifiesto con las firmas de 75 jugadores de clubes de la primera división y según la prensa ya ha llegado a 1.000 firmas, incluyendo atletas de todas las divisiones del fútbol brasileño y ex jugadores.
Líderes del grupo se reunieron recientemente con dirigentes de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) para presentar sus reivindicaciones.
Según el diario "Folha de Sao Paulo", ante el silencio de la entidad en las últimas semanas, los jugadores decidieron realizar la protesta en los estadios, que deberá ser ampliada a los partidos de la segunda división de la Liga.
El movimiento ha ganado respaldo de los entrenadores y hoy, según los medios locales, al menos cuatro de los más reputados entrenadores brasileños mostraron apoyo a las reivindicaciones de los futbolistas.
Algunos, como Oswaldo Oliveira, del Botafogo y Paulo Autuori, actualmente sin club, han respaldado las acciones en los bastidores pero los técnicos de Corintians y Sao Paulo, Tite y Muricy Ramalho, mostraron abiertamente su"respeto y simpatía" por el movimiento, según el portal "GloboEsporte". Fi