(SPANISH.CHINA.ORG.CN) - Tras los últimos anuncios –oficiales y oficiosos- sobre fichajes por parte de los clubes chinos, parece haberse desatado una batalla entre los equipos del país asiático por ver quién realiza el fichaje más efectista.
Además de la llegada de Anelka, ya confirmada, el Shanghai Shenhua podría estar también detrás de otro jugador del Chelsea, Didier Drogba. Según el rotativo galo ‘L’Équipe’, el propietario del club, Zhu Jun, afirmó en una entrevista con la agencia Reuters que había estado discutiendo con Drogba la posibilidad de que se marchara a China junto con su compatriota y, hasta ahora, compañero de equipo.
Para completar el panorama, hay indicios que apuntan a que el equipo shanghainés podría estar dirigido la próxima temporada por el también francés Jean Tigana, exentrenador del Girondins de Burdeos, quien, según Zhu, también habría mostrado disponibilidad para trasladarse a Shanghái.
La pujanza financiera de China está dejándose sentir en el fútbol, y otros jugadores reconocidos, atraídos probablemente por las perspectivas de amplios márgenes de beneficios y una afición que estará totalmente sus pies, también han expresado su deseo de jugar en el gigante asiático.
Es el caso del español Guti, de 35 años, quien reconoció públicamente que se encuentra en negociaciones para unirse a un club chino, donde piensa terminar su carrera como profesional. El equipo al que se incorpore el exjugador madridista podría ser el capitalino Beijing Guo’an.
En China, numerosos equipos de fútbol están ligados a empresas privadas, como es el caso del Shanghai Shenhua (una compañía de videojuegos), el Beijing Guo’an (un banco y aseguradora) o el Guangzhou Evergrande (inmobiliaria).
Precisamente el Guanzhou Evergrande parece ser el principal precedente inmediato de esta fiebre por los fichajes de renombre. El equipo cantonés fichó para la temporada que acaba de concluir a dos jugadores brasileños, Muriqui y Cleo, y uno argentino, Darío Conca, convirtiéndose éste último en el fichaje más caro de la historia del fútbol chino hasta la irrupción de Anelka.
Para los fichados, las ventajas no se limitan a su sueldo como jugadores. Los beneficios en términos de derechos de imagen, publicidad y ‘merchandising’ pueden ser tanto o más valiosos que sus nóminas, ya que les supone una entrada de oro en un mercado como el chino, con un potencial de más de mil millones de consumidores.
La llegada del argentino y los brasileños lanzó al Guangzhou Evergrande, en sólo una temporada, desde la mediocridad a la victoria absoluta en la Superliga china, un hito que le permitirá jugar la próxima liga de campeones asiáticos, campeonato para el que ha mostrado grandes ambiciones.
Está claro que los propietarios de los clubes chinos están empeñados en elevar el nivel de la competición nacional –y el de sus cuentas bancarias, de paso-. La no clasificación de la selección nacional de China para el próximo mundial, a pesar de contar como seleccionador con el español Antonio Camacho, volvió a generar frustración entre los aficionados.
La “regeneración” del fútbol nacional se ha convertido casi en una cuestión patriótica con tintes épicos y tonos financieros. Para ello, los equipos locales esperan que la llegada de jugadores internacionales de alto nivel sirva para elevar el nivel competitivo de la Superliga china y, a la vez, aprender de ellos a nivel técnico. Algo curiosamente similar a lo que supuso el proceso de Reforma y Apertura de la economía con la llegada de inversiones y empresas extranjeras que, iniciado hace 30 años, ha acabado convirtiendo a China en segunda potencia económica del globo. ¿Ocurrirá lo mismo con el fútbol?
El gobierno chino ha expresado en repetidas ocasiones su voluntad de cambiar el modelo de crecimiento económico del país, demasiado basado en las exportaciones, y optar por un aumento de las importaciones. Teniendo en cuenta la pasión con la que los clubes chinos más pujantes se están lanzando a “importar” jugadores, uno se pregunta si los movimientos del fútbol no obedecen también a esa estrategia macroeconómica.