Millares de argentinos se congregaron hoy en el Obelisco, un emblemático monumento del centro de Buenos Aires, y otras ciudades del país, para festejar la goleada 4-1 del seleccionado albiceleste de fútbol sobre Corea del Sur en el Mundial de Sudáfrica. El duelo entre las selecciones argentina y surcoreana en Johannesburgo despertó un gran interés entre la mayor parte de la población argentina, que estuvo atenta a sus televisores. Autoridades escolares permitieron a los alumnos ver el partido por televisión. La mayor parte de las calles de la capital y de las principales ciudades del país lucieron desiertas, pero la calma y expectación fueron rotas conforme los muchachos dirigidos por Diego Armando Maradona hicieron los goles. El estruendo de cornetas, similares a las vuvuzuelas sudafricanas, rompieron en estruendo. En Buenos Aires, miles de personas enfundadas en la camiseta albiceleste se congregaron en las plazas San Martín y Parque Centenario, donde el gobierno de la Ciudad colocó pantallas gigantes (de 10 x 7 metros)para atestiguar el encuentro. El alcalde bonaerense Mauricio Macri, acompañado por el jefe de Gabinete de la jurisdicción, Horacio Rodríguez Larreta, se unió a la afición en la Plaza San Martín. Los bares porteños estuvieron repletos de simpatizantes que se entusiasmaron con la actuación del equipo nacional, perfilado hacia los octavos de final al acumular con su triunfo hoy dos victorias al hilo tras derrotar 1-0 a Nigeria en su juego inaugural del mundial. Argentina cerrará su participación en el Grupo B el próximo martes ante Grecia en Polokwane. Fin