Los equipos de fútbol Inter de Milán y Bayern de Múnich disputarán esta noche la final de la Champions League, un juego considerado de "de alto riesgo", que será custodiado por 4.000 policías, en el estadio Santiago Bernabeu y en las calles de Madrid, la capital española.
El Santiago Bernabeu, que estará colmado con 70.000 seguidores de ambos conjuntos, y el Aeropuerto de Barajas son objetivos preferentes de la operación "Finca", denominada de esta forma con motivo de la final europea.
También son vigiladas las "Fan Zones", como se ha denominado a las zonas de ocio de los seguidores del Inter y el Bayern, así como los lugares de residencia de los equipos, los árbitros y los representantes de la UEFA (Unión Europea de Federaciones de Fútbol).
Se ha buscado que las dos aficiones no coincidan en el aeropuerto madrileño, ya que llegarán y partirán a horas diferentes y utilizando distintas terminales, de que tengan zonas de ocio separadas, y de que entren y salgan del estadio por sitios diferentes.
Los entrenadores Louis van Gaal, del Bayern de Múnich, y José Mourinho, del Inter de Milán, finalistas de la Liga de Campeones, trabajaron en conjunto en Barcelona cuando uno, Van Gaal, era el jefe, y Mourinho, el meritorio que apuntaba todo en su libreta.
Van Gaal ha vuelto a la elite del fútbol tras un periodo oscuro, pues un trabajo bien hecho con el AZ Alkmaar, campeón de Liga 2008-2009 en Holanda, lo devolvió, al inicio de esta temporada, a un club grande de Europa como el Bayern de Munich.
Luego supo conectar su experiencia a este legendario club alemán y lo ha llevado al umbral de una quinta Copa de Europa, que igualaría el palmarés de los germanos a los del Liverpool inglés, destaca hoy la prensa.
Por otra, Mourinho siguió los pasos de su padre, un hombre de fútbol: guardameta, entrenador y director deportivo. Es la encarnación del éxito contemporáneo y el técnico con mayor futuro.
Pero, en definitiva, ambos buscarán en el Santiago Bernabeu el logro del "triplete": Liga nacional, Copa y título europeo. Fin