La visita especial de Poncelet se realiza entre un creciente enfado del pueblo chino hacia Francia por la interrupción, sobre todo, del relevo de la antorcha olímpica por parte de los secesionistas tibetanos en la escala de París.
Durante su reunión con Jin Jing en el Centro de Entrenamiento Deportivo de Minusválidos de Shanghai, Poncelet abrazó y besó a la muchacha, honrada por los chinos como un "ángel sonriente en silla de ruedas".
Poncelet manifestó que la visita a Jin Jing es el deseo común de todos los miembros de su delegación, que proceden de diversos partidos políticos de Francia, y que representan al pueblo francés.
Poncelet admitió que los franceses también estaban asombrados por el ataque sufrido por Jin en París, que no sólo hirió a los ciudadanos chinos sino también a los franceses.
"A pesar de que ocurrió algo desagradable, tenemos que esforzarnos por fortalecer la amistad sino-francesa", agregó Poncelet.
Después de leer la carta de Sarkozy, el presidente del Senado francés regaló a Jin un ramo de lirios y le deseó grandes éxitos en sus futuras competiciones deportivas.