spanish.china.org.cn | 28. 11. 2018 | Editor:Elena Yang | [A A A] |
Imagen del 16 de noviembre de 2018 de una fotografía fechada en el año de 1980 y que se exhibe en el museo "Casa Borges", del escritor argentino Jorge Luis Borges posando frente a su casa de veraneo, en la localidad de Adrogué, a 26 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, capital de Argentina. En Adrogué se encuentra la Casa Borges, un museo que recuerda al escritor argentino, Jorge Luis Borges (1899-1986), en la misma vivienda donde pasó vacaciones de verano entre 1944 y 1953, junto a su hermana Norah y su madre Leonor Acevedo. El propio escritor se refirió de manera muy personal a la pequeña localidad de Adrogué que le brindó veranos de felicidad. "Muchos otros argumentos, muchas otras escenas que he imaginado se sitúan en Adrogué. Siempre que hablo de jardines, siempre que hablo de árboles estoy en Adrogué, he pensado en Adrogué, no es necesario que lo nombre", expresó en su momento Borges. El escritor argentino ha logrado con su refinada y erudita pluma una amplia influencia en la literatura contemporánea de China, país donde su obra es la más traducida entre los autores latinoamericanos. Borges cautiva con su obra a los lectores chinos que admiran la erudición, al reflejar un mundo de jardines con senderos que se bifurcan. Se trata del escritor latinoamericano más traducido en China, con 62 títulos publicados, según un estudio de la doctora en letras Lou Yu, luego de una profunda investigación sobre la traducción de la literatura latinoamericana en el país asiático entre 1949 y 2017.
El escritor argentino, Jorge Luis Borges (1899-1986), ha logrado con su refinada y erudita pluma una amplia influencia en la literatura contemporánea de China, país donde su obra es la más traducida entre los autores latinoamericanos.
Borges cautiva con su obra a los lectores chinos que admiran la erudición, al reflejar un mundo de jardines con senderos que se bifurcan.
Se trata del escritor latinoamericano más traducido en China, con 62 títulos publicados, según un estudio de la doctora en letras Lou Yu, luego de una profunda investigación sobre la traducción de la literatura latinoamericana en el país asiático entre 1949 y 2017.
También es el escritor latinoamericano más mencionado en textos académicos chinos entre 1979 y 2017, con más de 2.000 menciones, señala el informe de la secretaria la Asociación de Investigación sobre Literatura en Español y Portugués.
No sorprende por ello que una librería en la ciudad de Beijing ofrezca a sus clientes, entre otros obsequios, prendas de vestir negras con una frase en caracteres chinos blancos con la leyenda "Siempre imaginé que el paraíso sería algún tipo de biblioteca...Jorge Luis Borges".
Pero la obra de Borges también se mantiene viva en Buenos Aires, la ciudad que lo vio nacer, además de la localidad de Adrogué, ubicada en la periferia sur de la capital argentina, donde el ensayista, cuentista y poeta veraneó en uno de sus períodos más prolíficos.
El escritor vivió en distintas ciudades del mundo como Buenos Aires, Austin en el estado de Texas, Estados Unidos, y en Ginebra, Suiza, donde murió en 1986.
En Adrogué se encuentra la Casa Borges, un museo que recuerda al escritor en la misma vivienda donde pasó vacaciones de verano entre 1944 y 1953, junto a su hermana Norah y su madre Leonor Acevedo.
A cargo de las visitas guiadas en el lugar está Teresa López, licenciada en letras y bibliotecaria, quien recibió a Xinhua en el sitio ubicado en la calle Diagonal Brown 301.
La experta en la obra del escritor recordó que a principios del siglo XX, los Borges veraneban en Adrogué procedentes de la capital, donde tomaban el tren para hospedarse en un principio en el hotel Las Delicias.
"Luego, entre 1907 y 1914, alquilan una casa quinta que se llamó La Rosalina. En su autobiografía Borges habla de esta casa y habla de que su recuerdo más lejano en la infancia era el de verse sentado en el regazo de su abuela inglesa que le leía relatos infantiles", recordó.
"Ya fallecido su padre, Leonor Acevedo (...) compra este terreno y hace construir esta casa", relató López.
La familia de Borges comenzó "a veranear aquí entre 1944 y 1953, cuando tienen que vender la casa por cuestiones económicas. La casa es comprada por un marino de apellido Filipone y está en manos de esta familia hasta que en el 2010 se la declara de interés histórico".
"Un par de años más tarde, la hija de los Filipone la pone en venta y la compra el gobierno (...) para abrirla al público", lo que ha cautivado a los aficionados a la obra de Borges.
"Esta es la única casa en el mundo de todos los sitios en que ha vivido Borges, dentro y fuera del país, que se puede visitar libremente. Funciona a partir del 2014 y recibimos contingentes de turistas, de colegios, de abuelos, de investigadores", resaltó la guía.
En la actualidad el lugar luce con una fachada de ladrillo rojo y paredes blancas, un jardín con una estatua del escritor y un patio con obras de artistas locales.
En su interior se pueden apreciar vídeos, fotografías y fragmentos de textos que se refieren a la ciudad y a la obra del autor.
Quienes visitan el sitio también pueden tener acceso a una pequeña biblioteca, así como a la posibilidad de observar grabados y pinturas de su hermana Norah Borges.
"La casa está prácticamente original. Lo que fue agregado a la casa después de 1980 fue el garaje", dijo López, quien comentó que también hubo algunas adecuaciones "para facilitar la circulación".
Entre 1944 y 1953, años en que habitó la casa de Adrogué, publicó "Ficciones", "El Aleph" y "Otras inquisiciones", textos que ahora son muy reconocidos.
La guía del lugar compartió con Xinhua a modo de confesión que quienes compraron el inmueble en la década de 1950 "eran conscientes de que esta era la casa de un gran escritor".
"Cuando la compraron no sabían, pero los propios amigos de Borges se lo contaron y entonces el matrimonio Filippone le ofreció a Borges si quería venir a escribir a esta casa que tenía a disposición", contó López.
"Borges no hizo esto en concreto, pero sí se hizo amigo de la familia, y cada vez que venía a Adrogué los venía a visitar", completó la encargada de las visitas guiadas en el lugar.
El propio escritor se refirió de manera muy personal a la pequeña localidad de Adrogué que le brindó veranos de felicidad.
"Muchos otros argumentos, muchas otras escenas que he imaginado se sitúan en Adrogué. Siempre que hablo de jardines, siempre que hablo de árboles estoy en Adrogué, he pensado en Adrogué, no es necesario que lo nombre", expresó en su momento Borges.