spanish.china.org.cn | 31. 10. 2017 | Editor:Claudia Leng | [A A A] |
Por Rebeca Phang
Este año China asumió la presidencia rotativa del grupo de economías emergentes, conocido como los Brics y, como es costumbre, es el país anfitrión de la novena cumbre de líderes del 3 al 5 de septiembre en la ciudad costera de Xiamen, en la provincia de Fujian.
La organización, que tiene entre sus miembros además a Brasil, India, Rusia y Sudáfrica, busca sobre todo cimentar su presencia en la arena internacional como un importante defensor de la economía abierta, el multilateralismo y el desarrollo común, a través del fortalecimiento de la unidad del bloque y la ampliación de la colaboración en distintas áreas.
Así lo dejó claro el presidente chino, Xi Jinping, quien durante su intervención en la Cumbre del G20 en Hamburgo en julio pasado, solicitó a los Brics un rol más activo y una cooperación más estrecha con las economías desarrolladas, tanto en el seguimiento de los logros alcanzados en Hangzhou como en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, una iniciativa dirigida a los países africanos.
Y sin duda, el bloque tiene las credenciales necesarias para ser un actor relevante. El año pasado representó el 23 % de la economía mundial, el doble con respecto al 2006, año de su formación; y en 10 años ha sido responsable de la mitad del crecimiento mundial.
Esta vez los desafíos no son pocos. Frente a la amenaza proteccionista, el terrorismo y la crisis financiera internacional, la organización se decanta por crear oportunidades en aras de una asociación más fuerte para un futuro más brillante, el lema justamente de la presente cumbre.
En la serie de encuentros que preceden a la cita principal se han logrado varios avances. En el sector agrícola se ha aprobado un Plan de Acción y se han firmado 27 acuerdos que facilitarán la cooperación en el ramo. En el aspecto económico y comercial se ha propuesto un nuevo modelo de desarrollo para países emergentes que priorice la interconexión financiera, la innovación y el comercio electrónico. Este último punto es clave para el desarrollo de la pequeña y mediana empresa, así como para la generación de empleo.
En el camino hacia una posición más consolidada cabe destacar dos temas: El Nuevo Banco de Desarrollo de los Brics y la posibilidad de un llamado “Brics plus”.
Constituida durante la cumbre de Brasil en Fortaleza el 15 julio de 2014, inaugurada en julio de 2015 en Shanghai y en plena operación a partir de 2016, la entidad se presenta como una alternativa en la arquitectura financiera dominante representada por el FMI y el Banco Mundial. Con una estructura más equitativa de un voto por país y sin vetos, su objetivo es financiar proyectos de infraestructura sostenible. El primero ya está en desarrollo en Shanghai y para este mes se espera la aprobación de otros 5 por más de 1500 millones de dólares. En un intento por ampliar su influencia y su foco de acción, el banco ya cuenta con su primera oficina regional en Johannesburgo, establecida el 17 de agosto pasado.
Siguiendo con la tendencia de modelos de cooperación inclusivos y de mutuo beneficio trazada por el Foro de la Franja y la Ruta, el bloque de los Brics apunta hacia la expansión, es decir, hacia un proceso de integración mayor. La idea no es nueva, ya en 2014 los países miembros de Unasur participaron en una reunión inédita en Brasilia y en 2013 en Sudáfrica se hizo lo propio con países africanos.
Los cimientos para una mayor representatividad existen y, de seguro, los líderes de China, Brasil, India, Rusia y Sudáfrica congregados en Xiamen darán los pasos necesarios para fortalecer y ampliar el bloque, así como coordinar con sus pares desarrollados políticas que satisfagan sus necesidades y las de los demás países en vías de desarrollo.