Tras finalizar su jornada de trabajo en una entidad bancaria el 21 de febrero en Huaian, provincia de Jiangsu, Xiao Yan se prepara para regresar a casa en su bicicleta eléctrica. Con la llegada de su hija Nuomi en junio del año pasado, el trayecto ida y vuelta a su hogar es el único momento que tiene para sí misma.
Xiao Yan y su esposo son jóvenes nacidos en los años 90 y padres primerizos. Tras los primeros meses llenos de emoción e indecisión, ahora pueden disfrutar con tranquilidad de su pequeña. “El tiempo ha volado. En dos semanas Nuomi cumplirá 9 meses. Era tan chiquita y suave cuando vino al mundo, ahora ya puede decir papá y mamá. Cada día crece más y nos llena de sorpresas”, señaló la madre mientras arregla la ropa de la bebé.
La licencia de maternidad de Xiao Yan terminó a los 4 meses de Nuomi y tuvo que regresar a laborar. Cuando salía de casa pensaba mucho en la niña y deseaba poder acompañarle en todo momento. “Mi esposo y yo somos empleados con un horario normal de 9 a 5 de la tarde. La abuela nos ayuda a cuidarla durante el día y yo me encargo cuando regreso a casa. En realidad, es cansado laborar durante el día y cuidar al bebé en la noche. La niña ocupa todo mi tiempo fuera del horario del trabajo y casi no tengo tiempo para hacer las cosas que quiero. Si no me doy ánimos, fácilmente podría caer en un cuadro de depresión postparto. Afortunadamente, mi suegra y mi esposo me ayudan y puedo vivir tranquila.
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