Le Le jugando con su hermano en la playa.

El invierno de 2014 fue muy duro pero lleno de alegrías para Xiao Yue, quien se convirtió en madre por la segunda vez. En ese entonces, Xiao Yue, de 34 años, viajó sola a Estados Unidos donde nació su hija Le Le.

Durante la Fiesta de la Primavera en China este año, Le Le , de apenas dos, ya pudo jugar con su hermano mayor, y esta familia de 4 pudo pasar un feriado tranquilo.

La experiencia de un segundo hijo es cada vez más común en China. Xiao Yue compartió su experiencia en una entrevista para China.org.cn.

Decisión y esperanza

Dar a luz a su segundo bebé fue una decisión muy importante en la vida de Xiao Yue. En aquella época, su hijo ya tenía 3 años y asistía al jardín infantil. Dado que su centro laboral se ubicaba muy cerca de su residencia, la presión no era mucha y por eso empezó a considerar tener a otro pequeño: “Observar el crecimiento de los niños es algo muy interesante para mí”.

Desde el punto de vista educativo, Xiao Yue también consideraba que tener dos hijos favorecía su desarrollo. “Mi pequeño era muy tímido y toda la familia se enfocaba en él. Toda esta atención excesiva ejercía una gran presión sobre él. Por eso, creía que si tenía dos niños, ellos podrían acompañarse, compartir e incluso competir entre ellos. Es un ambiente que les permite crecer mejor”.

Al marido de Xiao Yue también le gustan mucho los niños. Él estaba de acuerdo con su esposa, pero el padre de ella se mostró preocupado por la presión de criar y educar a dos niños. Requiere de mucho tiempo, esfuerzo y dinero, y para qué complicarse la vida.

Pese a la oposición de su padre, Xiao Yue no cambió de idea: “En realidad, los dos primeros años sí fueron duros, pero todavía soy joven y no importa lo cansada que esté, al día siguiente estoy nuevamente llena de energía”. Así fue como Xiao Yue volvió a embarazarse.

Los 3 meses en Estados Unidos

De acuerdo con la política de planificación familiar de aquel entonces, el caso de Xiao Yue no cumplía con los requerimientos para tener un segundo bebé. Entonces, la pareja decidió que la joven viajara a Estados Unidos para dar a luz. “Parece que tomé ventaja de la imperfección de la política, pero como madre, si la ley no lo prohíbe, decidí intentarlo”. Así, después de quedar en cinta, XiaoYue solicitó la visa estadounidense, preparó detalladamente el plan de viaje y el dinero, indicó al cónsul su intención real y se comprometió a solventar todos los gastos de atención médica. “Quizá gracias a la buena preparación de mi expediente, me otorgaron la visa”, sostuvo.

Sin embargo, el parto y el tiempo de espera en el extranjero fueron difíciles. Antes de viajar, Xiao Yue renunció a su empleo y su marido asumió con todos los gastos de la familia así como el cuidado de su hijo. Xiao Yue tuvo que pasar 3 meses sola en Estados Unidos. “Fue duro pasar por todo sola”, contó.

“Al llegar a Estados Unidos me alojé en la casa de una anciana que me acompañó en el momento del parto. Finalmente, todo salió bien y fue una niña, lo cual me dio mucha tranquilidad. A pesar de mi débil condición, tuve que cuidar yo sola a la pequeña. En la noche debía alimentarla, cambiarle los pañales y hacerla dormir. Eran tiempos nada fáciles. Solía abrazarla toda la noche, le daba de comer y la distraía hasta la madrugada.