Por SUN YANFENG, investigador asistente del Instituto de Estudios Latinoamericanos del Instituto de Relaciones Internacionales Contemporáneas de China.
El 14 de febrero de 1972, China y México establecieron relaciones diplomáticas y desde entonces ambos han fortalecido el intercambio y la cooperación en el campo político. De 1973 a la fecha, todos los presidentes de México han visitado China, un gesto que ha sido correspondido por los principales líderes chinos de los últimos 20 años.
Al mismo tiempo que afectó la influencia de los países desarrollados, la crisis financiera internacional propició el despegue de economías emergentes como China y México, que en momentos en que el panorama político mundial experimenta grandes cambios conceden un significado estratégico al reforzamiento de la cooperación política.
Establecimiento de las relaciones diplomáticas
Los lazos comerciales entre China y América Latina datan de pocos años después de la llegada de Cristóbal Colón a América. El primer barco con trabajadores chinos culíes arribó a México en 1847 y el 14 de diciembre de 1899, Wu Tingfang, ministro del Gobierno de la dinastía Qing en Estados Unidos, y Manuel de Aspiroz, embajador de México en el referido país, suscribieron un Tratado de Amistad, Comercio y Navegación, estableciendo relaciones diplomáticas por primera vez. Para comienzos del siglo XX había ya 30.000 chinos culíes en México.
Muchos años después de la fundación de la República Popular China, en 1949, el Gobierno mexicano seguía sin reconocer al nuevo Estado. Sin embargo, en 1970, Luis Echeverría Álvarez, tras ser investido como presidente de México, admitió el concepto de “Tercer Mundo” planteado por China y promovió la colaboración con los países en vías de desarrollo. En la 26° sesión de la Asamblea General de la ONU, en octubre de 1971, el mandatario respaldó la restitución a China de su legítimo puesto en ese organismo.
Al año siguiente, el 14 de febrero, los representantes ante la ONU de China y México, Huang Hua y Alfonso García Robles, en ese orden, suscribieron en Nueva York el comunicado sobre el establecimiento de las relaciones diplomáticas, un nexo que en el continente sólo habían instituido hasta entonces Estados Unidos y otros tres países latinoamericanos.
Continuo reforzamiento de los lazos
Desde entonces, ambos Gobiernos concedieron una vital importancia a la relación, viéndose como socios y amigos y coincidiendo en temas como la construcción de un mundo multipolar y la oposición al hegemonismo. En abril de 1973, Echeverría se convirtió en el primer presidente mexicano y el segundo latinoamericano en visitar China, donde fue recibido por Mao Zedong, pese a que éste se encontraba indispuesto; mientras que el primer ministro, Zhou Enlai, sostuvo cinco reuniones con él y lo acompañó en su viaje a Dazhai (provincia de Shanxi). Ambas partes coincidieron en diversos temas, entre ellos la suscripción del Tratado de No Proliferación Nuclear y el reforzamiento de la cooperación dentro del marco de la ONU.
A mediados y finales de la década del 70 del siglo pasado, el Gobierno del presidente José López Portillo fomentó la cooperación con países en vías de desarrollo que tenían similares demandas políticas y económicas, consiguiendo un respaldo recíproco en asuntos como la desnuclearización de América Latina, la defensa del dominio marítimo de las 200 millas o la nacionalización de la minería.
Hacia el ocaso de ese mismo decenio, China inició el camino de la reforma y la apertura al exterior. El impulso de la economía, la diplomacia pacífica y los beneficios mutuos y equitativos constituyeron los principios básicos de su política exterior hacia México y otros países latinoamericanos. En octubre de 1978, Portillo visitó China y se reunió con Hua Guofeng y Li Xiannian y entre los tres definieron el rumbo de la relación bilateral sobre la base del reforzamiento de los lazos políticos y la cooperación comercial. Tres años después, el entonces primer ministro de China, Zhao Ziyang, participó en la Cumbre Norte-Sur de Cancún (México). Fue la primera visita de un líder de Estado chino a México y Latinoamérica.
Durante el Gobierno del presidente Miguel de la Madrid (1982-1988), la política diplomática china –bajo los principios de independencia, autonomía y paz– alcanzó un amplio reconocimiento internacional. Cuando Miguel de la Madrid visitó China, en 1986, se reunió con Deng Xiaoping y Li Xiannian y se firmaron acuerdos de cooperación comercial que comprendían convenios económicos y tecnológicos y préstamos bancarios preferenciales.