China y México, ¿cómo nos imaginamos los próximos 40 años?

En segundo lugar, es crucial que China y México hagan un mayor esfuerzo en el financiamiento y apoyo de las instituciones bilaterales existentes, particularmente la Comisión Binacional México-China y el Grupo de Alto Nivel. Ambas instituciones tienen ya más de un lustro de existir, pero han sido muy lentas en solucionar y resolver las problemáticas existentes en temas tan diversos como las estadísticas, infraestructura, turismo, migración, comercio e inversión, educación y academia, así como una visión estratégica común de largo plazo. Ambos gobiernos debieran hacer inmediatamente un mucho mayor esfuerzo financiero y político para efectivamente dar cauce a las tensiones ya detectadas.

Tercero, los sectores empresariales y académicos también juegan un papel crítico en esta relación y también debieran profundizar el mutuo entendimiento y la cooperación de largo plazo. Pareciera ser que el sector académico y particularmente universitario –donde instituciones como el ITESM y la UNAM han realizado esfuerzos de largo plazo importantes- ha contribuido sustantivamente, pero claramente no es suficiente si no se complementa con las labores del Ejecutivo, Legislativo y empresarial. Las expectativas por parte del sector empresarial –destacando el COMCE, la Cámara de Comercio y Tecnología México-China y la Cámara México de Comercio China por la parte mexicana, así como la Confederación de Asociaciones Chinas en México y la recientemente creada Cámara de Representación China en México- son grandes y debieran jugar un papel mucho más activo y propositivo en temas económicos, comerciales y de inversión. El intercambio y las propuestas comunes entre estos sectores también debiera lograrse en el corto plazo.

Cuarto, con base en el trabajo realizado en el último lustro en el Centro de Estudios China-México de la Facultad de Economía de la UNAM nos parece que desde una perspectiva de largo plazo y como efectivos socios estratégicos los temas comerciales –los más complejos en la relación bilateral- debieran resolverse en el corto y mediano plazo mediante el efectivo funcionamiento del Grupo de Alto Nivel y las negociaciones entre los organismos empresariales de México y China. No se busca profundizar la “comercialización” de la relación bilateral sino que, por el contrario, permitir un diálogo político efectivo de alto nivel y encarar los temas comerciales y de inversión ya detectados desde hace casi 10 años.

Consideramos que los aspectos anteriores no sólo debieran sobrellevar las múltiples tensiones actuales, sino que también permitir un reencuentro con las raíces históricas, culturales y políticas entre México y China. Sin lugar a dudas es posible imaginarse diversos escenarios entre ambas naciones para los próximos cuarenta años. Desde la perspectiva del Centro de Estudios China-México ya existen las bases para una relación mucho más armoniosa, efectivamente estratégica y de cooperación, siempre y cuando se lleven a cabo los aspectos arriba señalados. Continuar con las tensiones recientes con certeza no será conveniente ni para China ni para México.

 
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Palabras clave : China, México

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