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spanish.china.org.cn | 23. 09. 2013 | Editor: Ara | [A A A] |
Auténtica experiencia oriental
La frase “sueño lujoso” puede describir la sensación irreal de quien tiene la oportunidad de alojarse en una suite presidencial de alta categoría. En el Gran Hotel de Beijing, el único cinco estrellas al pie de la Ciudad Prohibida, uno descubrirá un lujo extraordinario que supera la imaginación.
Por supuesto que aquí hay suites presidenciales, decoradas con lámparas colgantes llamativas, antiguas balaustradas de bronce en las escaleras, biombos de artesanía de hierro, candeleros de cobre y muebles de estilo occidental. Sin embargo, no se conoce completamente el lujo y la nobleza del hotel si no se ha estado en su suite imperial.
Esta impresionante habitación, ubicada en el noveno piso del hotel, simbolizando el noveno cielo, es un dúplex con dos dormitorios en el piso superior, con lavabos independientes, y un salón recibidor y comedor en la planta baja.
En la decoración predomina el color amarillo claro, que en la antigüedad se reservaba exclusivamente para los emperadores, y los detalles que reflejan la grandiosidad del palacio imperial, objetos hechos de oro y jade, lámparas imperiales vistosas, inciensarios similares a los que se colocaban delante del Pabellón de la Armonía Suprema y emblemas de dragón y fénix. Cuando uno mira al exterior por la ventana de la suite, va a descubrir que los techos dorados de la Ciudad Prohibida quedan tan cerca que inmediatamente entiende la sensación de los emperadores de estar por encima del resto del mundo.
Esta suite ha acogido a numerosas personalidades importantes de China y el extranjero. La ex primera ministra del Reino Unido, Margaret Hilda Thatcher, el ex canciller de Alemania, Helmut Kohl, el ex secretario de Estado de EE.UU., Henry Alfred Kissinger, el ex primer ministro de Japón, Toshiki Kaifu, el ex presidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch, y el actor estadounidense, Mel Gibson, entre otras personalidades políticas y estrellas del deporte y el cine, se cuentan entre sus huéspedes.
Como el hotel de lujo y estilo chino más representativo de Beijing, además de reflejar la historia y la cultura del país, el establecimiento también trata de exponer a sus clientes la belleza de la artesanía tradicional. Los muebles de las habitaciones, confeccionados con la valiosa madera de palisandro, son de los modelos de las dinastías Ming y Qing. En las paredes de los pasillos de los diferentes pisos se exhiben pinturas y caligrafías tradicionales, obras en papel recortado, bordados y dibujos de sombras chinescas, creando una atmósfera llena de elegancia y puro carácter chino.