El 10 de noviembre de 2001, la IV reunión ministerial de la Organización Mundial de Comercio, efectuada en Doha, Qatar, aprobó el documento jurídico de ingreso de China a esta organización, marcando que China, tras 15 años de arduos esfuerzos, llegó a ser nuevo miembro de la OMC. China gozaría del trato de país más favorecido multilateral, estable e incondicional, lo cual favorecería el ingreso de las mercancías chinas al mercado internacional. Al mismo tiempo, el ingreso de China a la OMC traería también desafíos para el gobierno y las empresas del país y suponía nuevos requisitos para la administración gubernamental según la ley y la elevación del nivel tecnológico y administrativo de las empresas.