El 15 de diciembre de 1993, el Consejo de Estado tomó la decisión de aplicar el sistema de administración financiera caracterizado por el reparto de ingresos tributarios. En 1994, se hizo la reforma del sistema financiero introduciendo el reparto de ingresos tributarios y a partir de 1995 se emprendió otra del sistema de transferencia fiscal de pagos entre los gobiernos de distintas instancias, estableciendo paso a paso un sistema relativamente normalizado al respecto. Con esto, más la reforma del reparto de los ingresos procedentes del impuesto sobre la renta realizada en 2002, China estableció básicamente el marco del sistema fiscal adaptado a las demandas de la economía de mercado socialista. Se trata de una importante innovación institucional de más amplio alcance, más fuerte reajuste y más profunda influencia en las relaciones fiscales intergubernamentales después de la fundación de la Nueva China.