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spanish.china.org.cn | 05. 01. 2017 | Editor: Elena Yang [A A A]

Repaso anual: Mirada retrospectiva y expectativas de la diplomacia de China

Palabras clave: Repaso anual: Mirada retrospectiva y expectativas de la diplomacia de China

Sin duda alguna, el 2016 no fue un año tranquilo para China ni para el mundo. La elección presidencial en Estados Unidos, el retiro del Reino Unido de la Unión Europea producto de una consulta popular, la disputa entre China y Filipinas en el Mar Meridional de China, la disposición de THHAD (sistema de defensa antimisiles estadounidense) en Corea del Sur, conflictos regionales y atentados terroristas, no solo aumentaron la incertidumbre en los ámbitos político y de seguridad internacional, sino también trajeron consigo desafíos para la diplomacia china. De acuerdo con Wang Yi, ministro de Relaciones Exteriores de China, el “cambio” y el “desorden” son las dos palabras más adecuadas para describir el mundo en 2016.

Mirada retrospectiva

1. Estabilidad básica en las relaciones chino-estadounidenses, pero aumenta la incertidumbre en 2017

En 2016, las contradicciones, disputas y cooperación entre China y Estados Unidos indican que ambos países mantuvieron fundamentalmente unas relaciones estables. Gracias a los encuentros en Yingtai y en el Lago del Oeste entre ambos mandatarios, se llevaron a cabo intercambios estratégicos para fortalecer la confianza y aclarar las dudas, con el fin de de asegurar el desarrollo de las relaciones bilaterales y llevarlas por el buen camino. Claro está que debido a las diferencias estructurales entre estas dos potencias, la desconfianza mutua estratégica es más real que nunca. Además, en problemas concretos vinculados con la geopolítica, la seguridad territorial y los intereses económicos, Beijing y Washington guardan conflictos notables. Entre ellos la presencia del país norteamericano en la disputa entre China y Filipinas en el Mar Meridional de China y la disposición del THAAD en Corea del Sur.

El panorama se complicó con la elección de Donald Trump como presidente del país norteamericano. El republicano sostuvo una conversación telefónica con la dirigente Cai Yingwen de la provincia de Taiwán el 2 de diciembre. Pese a las explicaciones de Trump y del portavoz de la Casa Blanca con posterioridad, el incidente perjudicó los lazos bilaterales. Cabe señalar que es la primera vez que sucede en 37 años de vínculos diplomáticos. Sin embargo, el nuevo gabinete de Trump y los antecedentes de sus miembros hacen presagiar una fuerte presión hacia las relaciones de ambos países desde la Casa Blanca.

2. Los incidentes “Cisne negro” afectan la dirección de la política mundial

El 2016 fue un año de sorpresas. Los denominados asuntos “Cisne negro” aumentaron la incertidumbre e incluso cambiaron la dirección de desarrollo de la política internacional.

En Estados Unidos, el “Caballo negro” Donald Trump revirtió la tendencia y ganó la justa electoral; la salida del reino Unido de la Unión Europea como consecuencia del voto popular provocó la renuncia del entonces primer ministro David Cameron y sacudió los cimientos del bloque europeo; la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, quien ostentaba una carrera política exitosa, se vio envuelta en un escándalo de tráfico de influencias que la empujó a renunciar a su cargo; el 5 de diciembre, el primer ministro de Italia Matteo Renzi y su homólogo de Nueva Zelanda John Key también dimitieron y el 19 de diciembre, el embajador de Rusia en Turquía fue asesinado.

¿Qué camino tomará el empresario Donald Trump y su grupo de asesores para la primera economía del mundo? ¿Será posible una nueva ronda de negociaciones? ¿Qué impacto financiero tendrá para la Unión Europea su falta de cohesión causado por el retiro del Reino Unido y el fracaso del referéndum en Italia? Estas interrogantes más el cambio en el mando del gobierno en países como Brasil, Reino Unido, Corea del Sur, Italia, Tailandia y Nueva Zelanda seguramente afectarán la dirección de desarrollo de la política mundial.

3. Arbitraje en el caso del Mar Meridional de China y el dramático impacto en las relaciones entre China y Filipinas

En 2016, lo más resaltante en el campo diplomático para China fue el arbitraje en el caso del Mar Meridional de China, el cual terminó siendo declarado ilegal e inválido a mediados de julio. El gobierno filipino de Aquino III inició el proceso y cifró sus esperanzas en un tribunal previsional para hacerse con los territorios en conflicto. El apoyo de Washington y Tokio le imprimió mayor fuerza a su accionar. La idea era apropiarse de lo ajeno.

En este asunto, China demostró su capacidad política de reacción y finalmente puso fin a esta farsa.

El 30 de junio, Duterte elevó su voz de protesta como presidente de Filipinas. El nuevo mandatario, inteligente y pragmático, no heredó las políticas negativas de su predecesor y procuró mejorar las relaciones con China, eligiéndolo como el primer destino de su gira. El restablecimiento de los vínculos entre China y Filipinas fue un episodio difícil, pero fue, en lo esencial, el resultado de 30 años de reforma y apertura, de la constante autosuperación de China y de la unión del gobierno chino con el pueblo. Las aguas se han ido calmando y las relaciones bilaterales han ido mejorando, y ello significó la base para una solución al problema. Las negociaciones y el desarrollo conjunto también desempeñan un papel clave en la salvaguarda de un ambiente pacífico para el desarrollo de China, así debe quedar registrado en la historia.

4. Avance firme de “la Franja y la Ruta” y las maniobras diplomáticas con países vecinos

El 2016, la propuesta de “la Franja y la Ruta” iniciada por el presidente Xi Jinping entró en una etapa de desarrollo general, cosechando importantes logros preliminares. Con el establecimiento del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, la Fundación de la Ruta de la Seda y otros programas de cooperación económica, el proyecto ha iniciado su etapa de ejecución.

En septiembre se celebró en Hangzhou la Cumbre del G20, evento que se convirtió en una plataforma de difusión del modelo del gobierno chino. El proyecto de “la Franja y la Ruta” forma parte esencial de dicho modelo. Asimismo las 5 visitas realizadas el año pasado por el presidente Xi también servirán de impulso para su puesta en práctica. Desde inicios de 2016, Xi llegó a 14 países en los 5 continentes con la idea de promoverlo.

El matiz diplomático de “la Franja y la Ruta” es la labor del gobierno chino en las relaciones con los países vecinos. La Cumbre del G20 en Hangzhou ha sido la ocasión perfecta para incentivar el gobierno global y la diplomacia vecina. En octubre, el presidente Xi Jinping visitó Camboya, en una clara señal de que China siempre presta atención a sus viejos amigos y valora la amistad tradicional. El nuevo gobierno de Birmania liderado por Aung San Suu Kyi escogió a China como el primer país fuera de la ANSEA para una visita de estado y expresó su deseo de seguir cultivando los lazos de hermandad. El nuevo gobierno de Sri Lanka también extendió sus más sinceros deseos para con China y reinició los proyectos de construcción conjunta como la Ciudad del Puerto de Colombo.

China insiste en una política diplomática de “Cultivar amistad y cooperación con los países vecinos”, pero respecto a temas básicos relacionados con seguridad regional, intereses nacionales, territorio y soberanía, China mantiene una postura firme y clara. Persiste en la desnuclearización de la Península Coreana, se opone a la disposición del THAAD en Corea del Sur y responde con dureza ante la declaración sin razón de soberanía de Filipinas sobre las islas del Mar Meridional de China y la conducta de instigación de Japón. Justamente en línea con la concepción de amistad, honradez, beneficio mutuo e inclusión y uso de la fuerza y consuelo, la diplomacia china puede maniobrar y conseguir éxitos con sus vecinos.

5. Frente a la ola de desglobalización, China se ha convertido en un pilar

La desglobalización no es algo nuevo, tiene su origen en la recesión causada por la crisis financiera. En los últimos años, las economías de Estados Unidos y Japón se han ralentizado, mientras que la de Europa se encuentra estancada, a ello se suma el tema de los refugiados producto de políticas europea y estadounidense en Oriente Medio. El proteccionismo y la desglobalización emergen como respuesta frente a estas vicisitudes.

En diciembre de 2016, Japón declaró oficialmente que no reconoce el estado de economía de mercado de China, la UE se pronunció a favor de mantener su estatus como “país suplente” y Estados Unidos amenazó con cobrar un arancel punitivo de 40% a los productos chinos tras la protesta de Donald Trump. Estos tres hechos reflejaron un fuerte sentimiento hacia la desglobalización en 2016.

Desde los años 80 del siglo pasado hasta la fecha, China se ha empeñado en continuar con su política de reforma y apertura al exterior para integrarse a la sociedad internacional y participar del gobierno global, pasando de ser un beneficiario al principal impulsor de la globalización. En la Cumbre del G20 en Hangzhou, China propuso un plan para la construcción de una economía mundial innovadora, dinámica, interconectada e inclusiva, su mayor aporte para promover su avance. Cabe recalcar, que la premisa para tal incentivo fue su desarrollo económico, tal y como lo dijo en su momento Deng Xiaoping, “el desarrollo es el principio absoluto”.

Expectativas

Una potencia tiene responsabilidades y obligaciones. En 2017, la tendencia hacia la paz y el desarrollo no cambiará, pero el desorden continuará. En ese contexto, China debe representar el equilibrio a fin de construir un ambiente pacífico para su propio desarrollo y contribuir a la paz y al avance en el mundo.

1. Manejar bien las relaciones con las potencias y asegurar el desarrollo sostenible, saludable y estable con Estados Unidos y Rusia. La clave de las relaciones chino-estadounidenses es controlar las discrepancias en primer lugar y luego optar por la cooperación pragmática. En base al respeto y la consideración mutua en intereses sustanciales, tales como el tema de la provincia de Taiwán, se podrá conseguir una cooperación estable y a largo plazo a favor del beneficio compartido. Desarrollar la asociación estratégica entre China y Rusia, y al fortalecer la cooperación bilateral, prestar atención a los nuevos avances en los vínculos entre Moscú y Washington para logar el equilibrio.

2. Consolidar los éxitos diplomáticos del arbitraje del Mar Meridional de China y procurar la estabilidad a largo plazo en el territorio marítimo del Sur. La mejora de las relaciones entre China y Filipinas tiene un significado muy típico: China debe aprovechar esta oportunidad para fortalecer el principio de “posponer las diferencias y procurar conjuntamente el desarrollo”, mostrando al mundo que China es una nación razonable y cultural.

3. Prestar atención a la situación de la Península Coreana y cultivar la diplomacia vecina. La República Popular Democrática de Corea y la República de Corea son países vecinos de China, el primero realiza ensayos nucleares y el otro quiere establecer el sistema antimisiles THAAD. Además, la renuncia de la presidenta surcoreana por tráfico de influencias amenaza con complicar aún más la situación. Por eso, la Península Coreana seguramente será uno de los objetivos de la diplomacia china, junto a la ya conocida postura de desnuclearización.

4. En 2017, a medida que se impulsa la diplomacia bilateral con los países del sudeste asiático, China deberá enfocarse en Singapur y su cada vez mayor cercanía con Estados Unidos. China debe poner en práctica el mecanismo de la Organización de Cooperación de Shanghai y la propuesta de “la Franja y la Ruta” con el objetivo de estrechar los intercambios económicos y la cooperación internacional con los países de Asia Central.

5. Avanzar en la ejecución de “la Franja y la Ruta” y fortalecer las relaciones diplomáticas mediante la cooperación económica. “La Franja y la Ruta” no solo es una plataforma de cooperación comercial, sino también un escenario de despliegue diplomático. El 2017 será el cuarto año de la iniciativa de “la Franja y la Ruta”del presidente Xi Jinping y hasta la fecha se han logrado éxitos preliminares, así como el mayor reconocimiento y respaldo de otros países, lo que demuestra que la práctica creativa de China para profundizar los intercambios internacionales debe complementarse con la diplomacia para conseguir sacarle más provecho.

6. Participar positivamente en el gobierno global y avanzar hacia el centro de la escena mundial. En 2017, China deberá consolidar los logros de la Cumbre del G20 en Hangzhou y utilizar las conferencias más importantes tales como el Foro Económico Mundial de Davos, los mecanismos de la Organización de Cooperación de Shanghai y el APEC, y en especial la Cumbre de Cooperación Internacional de “la Franja y la Ruta” y la IX Reunión de los BRICS, ambas a realizarse en el país, para divulgar su plan de acción y de esta manera desempeñar un papel más activo en el gobierno global.

El 2017 no será un año tranquilo, ni tampoco lo será la diplomacia china.

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