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spanish.china.org.cn | 17. 03. 2016 | Editor: Elena Yang | [A A A] |
Incrementar constantemente el bienestar del pueblo para que todos sus integrantes compartan los frutos del desarrollo. Hemos de perseverar en la concepción del desarrollo que tiene al pueblo como centro y esforzarnos por subsanar los puntos débiles en la garantización de sus condiciones de vida básicas, a fin de que pueda marchar con paso seguro hacia la prosperidad común. Debemos ganar sea como sea la batalla del acometimiento de lo más duro en la liberación de la pobreza, con lo cual la población rural que según los estándares nacionales vigentes vive en la pobreza saldrá de ella, se logrará que todos los distritos necesitados se quiten el sambenito de "distrito pobre" y se resolverá el problema de la pobreza en zonas enteras. Se impone implantar las listas de los proyectos estatales de servicios públicos básicos. Hay que establecer y completar un sistema de seguridad social más equitativo y más sostenible. Es necesario llevar a cabo los proyectos de estandarización de los centros escolares de educación obligatoria, generalización de la educación del ciclo superior de secundaria, forjamiento de universidades y disciplinas de primer orden mundial, etc. y prolongar de 10,23 a 10,8 años el periodo educativo medio de la población en edad de trabajar. Es menester conseguir que los puestos de trabajo en las ciudades y poblados aumenten en más de 50 millones. Debemos mejorar el sistema de distribución de ingresos a fin de reducir su disparidad y aumentar el peso específico de la población con rentas medias. Se debe perfeccionar el sistema de garantización de la vivienda, sistema con el que se construirán 20 millones de apartamentos en zonas urbanas mediante la trasformación de núcleos de chabolas. Se propulsará la construcción de una China sana, con lo que la esperanza de vida aumentará un año. Afrontaremos activamente el envejecimiento demográfico. Configuraremos un sistema moderno de servicios culturales públicos y llevaremos a cabo proyectos como el de fomentar la moralidad cívica y el de continuar y transmitir la cultura china. Haremos que la vida material del pueblo sea más holgada, sin dejar de procurar que la espiritual sea cada vez más variada.
Para realizar debidamente el trabajo del desarrollo económico y social durante el XIII Plan Quinquenal y alcanzar el objetivo de culminar la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada, debemos poner énfasis en manejar bien estos tres puntos. Primero: tomar firmemente y sin desmayo el desarrollo como tarea primordial. El desarrollo es lo que cuenta y constituye la clave para solucionar todos nuestros problemas. El lustro venidero será una importante etapa en nuestro salto por encima de la "trampa de la renta media", etapa en la que habrá un aumento notable de todo tipo de contradicciones y riesgos. Conducir el desarrollo es como navegar en barco a contracorriente: si no se avanza, se retrocede. Hemos de persistir sin vacilación alguna en asumir la construcción económica como tarea central, impulsar el desarrollo de carácter científico y responder de manera adecuada a los riesgos y desafíos, con el propósito de garantizar que el gran barco de la economía china, aun navegando contra viento y marea, llegue lejos. Segundo: promover con energía la reforma estructural. Actualmente coexisten en el desarrollo el problema del volumen global y el de la estructura, pero dado que este último es el más destacado, debemos recurrir a los métodos de la reforma para impulsar el reajuste estructural. Al tiempo que ampliamos adecuadamente la demanda general, pondremos un especial empeño en llevar felizmente a término la reforma estructural por el lado de la oferta, valiéndonos para ello tanto de la "resta" como de la "suma"; es decir, hemos de disminuir la oferta inefectiva y la oferta de productos de gama baja, ampliar la oferta efectiva y la de productos de las gamas media y alta, aumentar la de productos y servicios públicos, haciendo que la oferta y la demanda promuevan sinérgicamente el desarrollo económico, y elevar la productividad total de los factores, con el objeto de emancipar y desarrollar incesantemente las fuerzas productivas sociales. Tercero: acelerar la expansión de la nueva energía motriz del desarrollo y la transformación de la tradicional. El desarrollo económico atraviesa inevitablemente un proceso de sustitución de la energía motriz tradicional por la nueva. Cuando la tradicional pasa de fuerte a débil, hay que cambiarla de modalidad y la nueva debe iniciar un despegue fuerte y repentino para construir un nuevo "doble motor", pues solo así se puede propulsar el crecimiento constante de la economía y su subida de nuevos peldaños. Justamente ahora, el desarrollo de nuestro país se encuentra en este periodo crucial, por lo que hemos de fomentar y robustecer la nueva energía motriz, y desarrollar la nueva economía con celeridad. Es imperativo promover tanto el rápido crecimiento de nuevas tecnologías, industrias y modalidades operativas, como el desenvolvimiento de la economía compartida impulsado por la innovación de regímenes y mecanismos, construir plataformas de compartición y hacer que las agrupaciones de industrias emergentes, incluidas las de altas tecnologías y las de servicios modernos, se expandan, a fin de forjar un nuevo motor con una potente fuerza motriz. Mediante la utilización de las redes informáticas y otras tecnologías modernas, impulsaremos el cambio de las modalidades de producción, administración y comercialización, y remodelaremos las cadenas sectorial, de suministro y de valor, transformando y actualizando así la energía motriz tradicional para que rebose de una vitalidad y un vigor renovados.
La fuerza inagotable necesaria para el desarrollo yace, esencialmente, en las masas populares. Nuestra mano de obra, integrada por más de 900 millones de trabajadores, y nuestro personal cualificado, compuesto por más de 100 millones de personas con estudios superiores o habilidades especializadas, son nuestros mayores recursos y ventajas. La materialización de la sustitución de la energía motriz tradicional por la nueva y el impulso de un desarrollo que se apoye más en los recursos humanos, las personas de valía y la innovación constituyen un arduo proceso de reajuste acompañado de los dolores previos al alumbramiento, pero también un proceso de actualización lleno de esperanza. Solo si franquea este paso estratégico podrá con toda seguridad la economía china renacer tras haberse templado en el fuego y resplandecer con un renovado fulgor.
Cuando dirigimos la mirada a los próximos cinco años, tenemos plena confianza en la certeza de nuestro éxito. El objetivo de culminar la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada se materializará según lo previsto, la vida del pueblo será cada vez más hermosa y las perspectivas de la causa del socialismo con peculiaridades chinas ganarán en brillantez. (Continúa