Con el tiempo el nudo pasó a ser parte de la ropa sirviendo de botón antes de la aparición de éste y, luego, al convertirse en adorno sin uso práctico, llegó a ser un símbolo de la fiesta y la enhorabuena. Durante la dinastía Qing (1644-1911), los nudos adquirieron una gran diversidad y alcanzaron un nivel tan elevado que se transformaron en un puro arte gracias a su empleo ornamental.