(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – No menciones la cuestión de la desaceleración económica y el aumento de costes laborales a Kevin Thieneman, directivo de Caterpillar en China, quien se encuentra analizando las perspectivas de desarrollo a largo plazo en China de su empresa, el mayor fabricante de equipos de construcción del mundo.
Aunque la industria crece más lento este año que el anterior, “nuestra visión a largo plazo para China se mantiene inalterada”, afirma Thieneman, entrevistado por el rotativo pekinés ‘China Daily’. “Somos tan optimistas y estamos tan ilusionados con China hoy como hace 24 o 36 meses”, afirma.
Tocada por los problemas de deuda de la Eurozona y por las políticas reguladoras en el sector inmobiliario, el crecimiento económico chino ha ido desacelerándose este año, hasta crecer “sólo” 7,6 por ciento en el segundo trimestre, el ritmo más lento de los últimos tres años.
Hasta cierto punto, estas desilusionantes cifras parecen haber enfriado el entusiasmo entre los inversores extranjeros en la segunda economía del mundo, que durante más de una década ha sido el destino más atractivo entre las economías en desarrollo para la inversión directa extranjera (IDE). El pasado mes de julio se registró la octava caída mensual de la IDE en nueve meses.
Sin embargo, para el gobierno chino, tal caída es meramente un fenómeno temporal y el ministerio de Comercio, la agencia encargada de la inversión hacia el interior y hacia el exterior del país, ha afirmado repetidamente que “China es, a largo plazo, el mercado más atractivo para las empresas extranjeras”. Muchas multinacionales, como el caso de la mencionada Caterpillar, están de acuerdo.
Mientras se desacelera la construcción de infraestructuras y la demanda de equipos y maquinaria cae en China, las empresas de la industria se enfrentan a un periodo difícil.
Caterpillar ha comenzado incluso a exportar maquinaria hecha en China hacia Oriente Medio y África para compensar el debilitamiento del crecimiento en China. Pero esta medida no es duradera y no forma parte de la estrategia general de la empresa para China. “Estamos ralentizando la producción y la capacidad de expansión para dar respuesta a la demanda de los clientes, pero no estamos deteniéndonos ni revirtiendo nuestros planes”, afirma Thieneman. “China sigue siendo una prioridad”, sentencia.
Gracias a la competitividad de los costes de producción de China, unido al proceso de Reforma y Apertura, el país se convirtió en un foco de atracción para los inversores internacionales antes de la crisis financiera de 2008. La Conferencia sobre Comercio y Desarrollo de la ONU ha clasificado a China como el destino inversor más atractivo durante más de 10 años.
Sin embargo, a medida que China ajusta sus políticas de inversión extranjera y las dirige hacia el sector de las manufacturas con alto valor añadido, los servicios y las ecoindustrias, con el fin de transformar su modelo de crecimiento económico, algunas empresas extranjeras han expresado quejas en los dos últimos años sobre el ambiente de negocios. Y mientras los costes laborales crecen con rapidez, algunos incluso han desplazado sus factorías fuera de China. A estos factores se une la crisis de deuda de la Eurozona, que ha afectado los flujos globales de capital. No obstante, estas quejas y ejemplos de dudas son casos aislados.