El Partido Comunista de China (PCCh) se declara oficialmente ateo pero aplica una política de libertad de creencia religiosa, según un artículo publicado hoy martes en el Diario del Pueblo, el periódico del Partido.

La política tiene como objetivo unir a los creyentes religiosos y ateos, dice el artículo firmado por Ye Xiaowen, asesor de la Asociación de Estudios Religiosos de China y exdirector de la Administración de Asuntos Religiosos del país.

Una de las razones reside en que el PCCh respeta la objetividad de las leyes que gobiernan la evolución de la naturaleza y la sociedad del país.

La religión, un fenómeno humano e histórico generalizado, tiene sus propias reglas para poder existir a largo plazo en la sociedad socialista. Por tanto, es necesario que el PCCh y el gobierno chino respeten dichas leyes, apliquen las políticas religiosas y gestionen los asuntos relevantes conforme a las mismas.

Salvaguardar los derechos básicos de los ciudadanos, como la libertad de creencia religiosa, forma parte de los esfuerzos del Partido por continuar su labor fundamental de servir al pueblo de manera incondicional.

La cultura china entiende el concepto de armonía como la actitud inclusiva de respetar y valorar la diversidad de culturas y elementos culturales, así como la historia y la filosofía encarnada en cada religión.

La política china de libertad de creencia religiosa se corresponde con la tradición histórica y cultural del país, y está aceptada tanto por los ateos como por los creyentes de China.

Ateos y creyentes conviven de manera armoniosa en China, pese a conflictos desatados por divergencias culturales y religiosas en muchas partes del mundo. Fin