Los gobernantes de la Dinastía Shang son muy supersticiosos, y adivinan muchas cosas, por ejemplo si habrá desgracias en los próximos diez días, si lloverá, si se logrará la buena cosecha, si se puede ganar la victoria de combates, a cuáles fantasmas y dioses deben ofrecer sacrificios, e incluso partos, enfermedades y sueños, para conocer la voluntad de los fantasmas y dioses y la buena o mala suerte de las cosas. Los materiales para la adivinación son principalmente los plastrones y caparazones de las tortugas u omóplatos de las vacas. Generalmente se excavan unas hoyas pequeñas en los huesos, llamadas “Zuan Zao” por los expertos en Jiaguwen. Durante el proceso de adivinación, se calienta sobre las hoyas para producir grietas en los huesos. Las grietas se llaman “Zhao”. Las personas dedicadas a la adivinación juzgan la buena o mala suerte de acuerdo con las distintas formas de “Zhao”.