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Shi Yongxin, abad budista y "director ejecutivo" de Templo Shaolin

Shi Yongxin, abad budista del Templo Shaolin, famoso en todo el mundo por las artes marciales, se ha convertido en una toda una personalidad por dirigir el templo como un director ejecutivo de una empresa moderna, informó el rotativo local Nuevo Diario de Beijing el miércoles.

Con los esfuerzos de Shi, el templo, junto con la "cultura Shaolin", se ha convertido en el motor de la economía turística de la ciudad de Dengfeng, en la provincia china central de Henan, lugar de nacimiento del kung-fu, patrimonio cultural intangible de China.

Pero de este modo Shi, quien conduce un todoterreno lujoso y mantiene encuentros con encargados de agencias turísticas, políticos, académicos, diplomáticos y visitantes extranjeros, se ha alejado de la imagen tradicional de los monjes en la cultura budista china, quienes deben abandonar las cosas mundanas.

"Es verdad que he desarrollado la cultura Shaolin a la manera de una administración comercial, lo que ha provocado problemas, pero creo que existe quien me entienda", indicó Shi, que asumió su cargo en 1987, citado por el diario.

Shi recordó que cuando se incorporó al Templo Shaolin en 1981, menos de veinte monjes vivían allí y se ganaban la vida con 28 mús de tierras labradas, pero al año siguiente, la película "Templo Shaolin" ofreció una oportunidad al antiguo templo para presentar al público las artes marciales que se realizan en el templo.

Cuando comenzó a desempeñar el cargo de abad budista, Shi quiso fortalecer los intercambios culturales del templo con el resto del país y del mundo y aumentar la influencia del templo a través del kung-fu.

En agosto de 2005 compró 12 kilómetros cuadrados de tierra en Australia para construir un centro cultural de artes marciales, cuyo edificio "tiene que ser de estilo chino", según el abad del Templo Shaolin.

Entre las 10:00 y las 14:00 horas, los monjes ofrecen espectáculos de artes marciales y cobran 20 yuanes (2,5 dólares USA) por cada representación de 20 minutos de duración.

Los monjes Shaolin han viajado por más de 60 países y regiones del mundo, entre ellos Rusia, EEUU, Alemania, Australia, y han creado más de diez centros culturales de kung-fu.

Según el periódico, un experto estadounidense en religiones planteó que la religión de nuestra era sirve para ofrecer un producto de fe, cuya opinión fue compartida por Shi.

"Ofrecer servicios comerciales ya es una tendencia de desarrollo del budismo chino. El templo Shaolin debe proveer los productos y servicios de calidad a la sociedad para sobrevivir", manifestó Shi.

Parece que el director del templo ha aceptado los conceptos de la globalización. Shi ha desarrollado un tipo de comida sin carne, que tiene buena acogida en el mercado.

"Hay más de 20 millones de vegetarianos en el mundo, que son personas que habitualmente protegen el medio ambiente y tienen pensamientos vanguardistas, por lo que nuestro producto cuenta con un buen potencial de desarrollo", indicó Shi.

"La comida con la marca Shaolin divulgará nuestra cultura también, al modo de las marcas internacionales como Cocacola. Se trata de una práctica internacional y representa en cierto sentido el potencial de un país", explicó.

Sin embargo, para Shi, el kung-fu no sólamente consiste en " artes marciales" sino también es una forma de meditación y la cultura Shaolin constituye una "ciencia", por lo que ha establecido relaciones con varias universidades chinas.

En juicio de Shi, la cultura Shaolin abarca las artes marciales, la meditación budista y la medicina tradicional.

Yan Guang, discípulo de Shi, acudió al templo hace seis años fascinado por las artes marciales, pero no sabía que estos tres elementos primordiales componen la escencia de la cultura Shaolin. Ahora Yan está asistiendo a un curso de medicina tradicional.

Además, el abad Shaolin quiere abrir una farmacia y construir un museo cerca del templo, pero ambos proyectos todavía no han sido materializados por no contar con los permisos del gobierno.

Shi quiere mantener contactos con el gobierno, colaborar con él y conseguir el apoyo gubernamental para los proyectos que realizan.

Sin duda alguna, los ingresos provenientes del turismo son de suma importancia para la ciudad de Dengfeng, que cambian su economía basada en el carbón y la electricidad por una economía turística.

De acuerdo con el diario, cada yuan que gana de las entradas del Templo Shaolin puede provocar el consumo de 9 yuanes y crear entre 4 y 6 puestos de trabajo. El año pasado la Comisión de Desarrollo y Reforma de Henan subió el precio de la entrada de tres sitios de interés, entre ellos el templo, de 40 yuanes a 100 yuanes, de los que un tercio van a parar a las arcas del templo.

Sin embargo, algunos investigadores temen que la marca "Shaolin " sea aprovechada por las diferentes fuerzas locales y eso afectará el desarrollo sano de la marca.

La prensa china duda si el Templo Shaoli es un lugar para estudiar las artes marciales, un templo para profesar el budismo, un sitio de interés o un lugar sagrado religioso.

Sobre esto, Shi indicó que el templo es una miniatura de la sociedad y el desarrollo es lo más importante para su templo. Además, destacó que lo que quiere es "hacer a conocer al público las cosas buenas del templo".

(31/08/2006, CIIC-Agencia de Xinhua)

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