Fecha de aceptación: Diciembre de 1992
Esta zona, conocida como el “mundo de las hadas”, se encuentra en el centro-sur del distrito de Jiuzhaigou, prefectura de Aba, provincia de Sichuan. Su nombre deriva del valle donde hay nueve aldeas de tibetanos. Por aquí pasa el Baishuihe, tributario del Jialingjiang, que converge con el Yangtsé. En la zona de visita, a 2.000-3.100 metros sobre el nivel del mar y de clima conveniente, no sopla viento en invierno y hace fresco en verano. Con el paisaje bello todo el año, es una de las mejores zonas de turismo paisajístico del mundo.
La Zona Paisajística de Jiuzhaigou fue admitida en la Nomenclatura de Patrimonios Naturales Mundiales en 1992, incorporada a la biosfera bajo protección a nivel global en 1997, y elegida una de las primeras zonas de paisaje AAAA de China. En febrero de 2001 recibió el “Certificado Globo Verde”. Además, Jiuzhaigou es elegida una de las zonas de paisaje sobresalientes de China, uno de los 40 mejores paisajes de China, entidad civilizada de nivel provincial, entidad avanzada de buen orden, y la primera de las tres zonas turísticas de Sichuan.
En Jiuzhaigou hay lagos verdes, cascadas unas sobre las otras, bosques de color, picos nevados y aldeas de folclore tibetano. Es peculiar por su carácter primitivo y natural. En las hondonadas Shuzhenggou, Rizegou y Zezhawagou, unidas en forma “丫”, hay 114 lagos verdes, 47 manantiales, 17 grupos de saltos de agua, 11 tramos de corriente rápida, cinco playas de travertino con agua y nueve aldeas de tibetanos. En la zona de paisaje de 1.320 km cuadrados hay 30.000 hectáreas de bosques vírgenes, 2.576 protoespecies, incluyendo docenas de animales y plantas bajo protección estatal tales como el panda, el mono de pelaje dorado y la kingdonia uniflora.
El agua, alma de Jiuzhaigou, es pura, cristalina y de muchos colores. Por eso los visitantes dicen: “Nadie a ver agua de otro lugar después de estar en Jiuzhaigou”. El agua, el paisaje reflejado en ella, los molinos de piedra, las aldeas de tibetanos, los pendones de sutras, y los cantos y las danzas de las etnias tibetana y qiang constituyen la cultura turística singular de Jiuzhaigou.
El “Certificado Globo Verde” expedido a Jiuzhaigou demuestra que la zona se ha embarcado por el camino del turismo ecológico, a tenor de la estrategia de desarrollo sostenible. Hoy que escaseamos de recursos, Jiuzhaigou, apoyado en el turismo verde y sus instalaciones de servicio cada vez más perfectas, ha devenido una brillante perla del turismo mundial.
Jiuzhaigou, llena de ensueños y encanto poético, es el lugar más hermoso que la naturaleza ha regalado a la humanidad, es nuestro hogar espiritual, de regreso al mundo natural, y es la primera opción para los turistas de autoservicio.