Feng Chongyi, ciudadano chino, doctor y vicedirector del Cnetro de Investigación sobre China de la Universidad de Tecnología de Sidney, no tuvo tanta suerte. En junio de 2009, la aduana le confiscó nueve libros comprados en Hong Kong. Feng argumentó que se trataba se publicaciones legales de editoriales legítimas de Hong Kong y que eran importantes para sus investigaciones. Sin embargo, los funcionarios aduaneros le indicaron que los libros estaban incluidos en una lista de obras no permitidas, la cual no ha sido dada a conocer públicamente. Feng llevó el caso a los tribunales, pero lo perdió.

Desde que los turistas individuales pueden visitar los territorios chinos ultracontinentales de Hong Kong y Taiwán, los visitantes del continente se han hecho con libros sobre temas sensibles en China continental. En plena cuenta atrás para el XVIII Congreso Nacional del Partido Comunista Chino, los libros sobre política china son cada vez más populares. “La gente siente curiosidad por leer libros no permitidos para tener una perspectiva cierta sobre la historia y encontrar respuestas”, explica Feng, entrevistado por email por Global Times.

Sin embargo, las autoridades no lo ven así. Un funcionario de alto rango afirmó, según citaciones, que dichas fuentes de información, incluyendo los libros prohibidos que entran en China continental a través de varias rutas, hacen difícil que los ciudadanos permanezcan políticamente correctos en la compleja sociedad actual.

Cuidado con lo que lees

La Feria del Libro que se celebra anualmente en Hong Kong, que este año comenzó el pasado 18 de julio, estuvo llena de miles de visitantes continentales en busca de libros difíciles de encontrar al otro lado de la aduana.

Conscientes de este atractivo, los organizadores de la muestra incluso han establecido un área especial en la que ofrecen entradas a precio reducido y colocan libros controvertidos en los lugares más evidentes. “Algunos clientes compran una docena del mismo libro y los dan como regalo”, cuenta Wong Kim-ching, gerente de Cosmos Books. “Los ciudadanos del continente no atienden a nuestras recomendaciones. Parece que saben lo que buscan”, comenta.

Autores como Zhang Yihe, historiadora cuyo último libro, prohibido, ha sido una colección de biografías de cantantes de Ópera de Pekín, ha sido invitada a pronunciar una charla.

Los expertos dividen los libros controvertidos en dos categorías principales: los serios sobre temas de historia contemporánea china, por un lado, y, por otro, los “perpetrados” por editores de poca monta que se aprovechan de la curiosidad general por los temas polémicos, muchos de los cuales resultan ser falsos.