Gracias al mejoramiento de la vida cotidiana del pueblo, en esta década las actitudes hacia el amor y el matrimonio de los chinos se convirtieron en más abiertas. Estar enamorado ya no era un secreto vergonzoso y se veía a las parejas tomadas de las manos en los lugares públicos. Pero si una pareja se besaba por la calle, era normal que la gente a su alrededor les miraran fijamente con mucha sorpresa. La fotografía empezaba a planear diferentes temas de fotos para las parejas y el diseño de los vestidos de boda variaba mucho. En esta década, la ceremonia de boda no se celebraba en casa, sino en los restaurantes.