Mi casa: tan cerca, tan lejos

Por Rocío Huang

 

23 de Junio de 2011, jueves

17:00 - Salgo de la oficina.

17:15 - Llego a la parada de autobús.

17:30 – Tomo el autobús.

18:30 - Llego al metro y descubro ha sido cerrado por algún accidente.

18:50 - Llego a otra parada de autobús, pero no llega ninguno.

19:10 - Camino a pie hasta una parada de autobús fuera del tercer anillo de Pekín.

19:30 - Tomo un autobús, luego cambio a otro, y otro, y otro...hasta llegar a un lugar cerca de casa.

21:00 – Me viene a buscar un familiar en auto.

21:20 - Llego a casa.

La Ciudad Prohibida durante la tormenta

Hoy, cuando los colegas de la oficina se encuentran, la primera frase que se cruzan no es la típica china “Chi le ma?” (¿Has terminado la comida?, equivalente a “¿Cómo estás?”), tampoco es la acostumbrada ¨¿qué tal?¨, sino ¨¿Ayer a qué hora llegaste a casa?¨

Suena un poco raro si uno no está informado de la tormenta que barrió Pekín y causó la parálisis del tráfico urbano. Los residentes de la capital experimentaron una verdadera inundación. En el tercer anillo, que es una de las arterias de tráfico más importantes de Pekín, la altura media del agua acumulada sobre la superficie de la carretera superó los cincuenta centímetros, e incluso en algunos tramos el agua se tragó autobúses enteros (de unos 3 metros de altura). Tres rutas de metro fueron interrupidas por las inundaciones o por algún accidente causado por la lluvia. El tráfico estaba básicamente paralizado.

Yo fui una de los trabajadores que terminaron el trabajo y salieron de la oficina en plena tormenta. Afortunadamente encontré otros medios que me transportaron cada vez más cerca de mi casa y al final la alcancé sin demasiadas vicisitudes. Sin embargo, muchos colegas míos llegaron a casa a la medianoche, y algunos incluso a la una o las dos de la madrugada. Tras cambiarse de ropa, darse una ducha, y prepararse algo de comer, prácticamente era la hora para volver a salir a trabajar.

Aunque no se trata de un fenómeno muy corriente, no es la primera vez que Pekín se sentía indefenso y vulnerable ante una tormenta aun así prevista. En el año 2008, justamente dos meses antes de los Juegos Olímpicos, la ciudad fue atrapada por una tormenta y me costó más de cinco horas llegar a casa. El ineficaz sistema urbano de drenaje causó muchas preocupaciones, porque si eso hubiera ocurrido durante las Olimpiadas, habría dañado gravemente la imagen de China, ya que los chinos prestan mucha importancia a la ¨cara¨ (Mianzi en chino, interpretado como la imagen o la reputación). Y el 10 de julio de 2004, la situación fue más o menos igual que ayer.

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Palabras clave : tormenta-tráfico urbano-beijing-inundación

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