Por Manuel Pavón
(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – Mario Vargas Llosa de visita en China: el morbo estaba servido y los medios parecen haber quedado satisfechos. Durante su visita al país asiático, el Nobel peruano no ha escatimado comentarios de carácter político.
Sus ideas y opiniones políticas eran bien conocidas antes de llegar, lo cual llevó al propio Vargas Llosa a preguntarse si los reconocimientos oficiales que estaba recibiendo en China eran fruto de “un error”.
Pero no se trataba de un error. Los anfitriones chinos y los asistentes que abarrotaban los actos en los que el escritor ha tomado parte han puesto de manifiesto su popularidad en el país, donde resulta ser uno de los autores extranjeros más traducidos.
Tras visitar Shanghái, Vargas Llosa llegó a Pekín y el viernes recibió en la sede de la Academia de Ciencias Sociales de China (ACSCh) la distinción de “Investigador de Honor”. Posteriormente, el Nobel tomó parte en una charla con varios autores chinos.
Entre ellos se encontraban algunos escritores de renombre mundial, como Mo Yan (‘Sorgo rojo’) o Yan Lianke (‘Servir al Pueblo’), junto con otros menos conocidos internacionalmente pero que son celebridades en su país, como la escritora Zhang Kangkang, además de varios hispanistas como Dong Yansheng (traductor del Quijote) o Zhao Deming, traductor de obras de Llosa al chino.
Política y literatura
Llosa dio cumplimiento a las expectativas de los medios entrando en la relación política-literatura. “La política no debe ser excluida de la literatura”, afirmó tajantemente el Nobel, reconociendo que en su obra, ésta juega un papel destacado, con ideas de libertad, compromiso, idealismo y generosidad. Pero advirtió contra la instrumentalización de la literatura por parte del poder político: “Si la literatura se convierte en instrumento de propaganda, el resultado es mala literatura”, sentenció.
En concreto, Llosa se refirió a que en la literatura-propaganda, el contenido prevalece sobre la forma, y debe ser al contrario: “la literatura es un objeto de arte, con derecho a una existencia propia y soberana”.
“La literatura puede utilizar la política para sus fines, pero si es la política la que utiliza la literatura para sus fines, la mata”. Vargas Llosa recalcó que la literatura no puede exonerarse de la realidad y los problemas sociales, pero debe “trascender” la realidad concreta y puntual para poder llegar a lo universal.