En un centro de rehabilitación de la ciudad de Deyang, en el suroeste de la provincia china de Sichuan, Li Xiaoqun se ejercita sobre una bicicleta estática. Es difícil percatarse a primera vista que su pierna derecha es artificial.
Li, de 42 años de edad, es una de las 5,756 personas que padecen de alguna discapacidad a causa del terremoto de 8,0 grados que azotó la ciudad de Wenchuan en 2008.
Ella ha recibido “servicios de rehabilitación multidisciplinario” gratuitos, incluido operación, la implantación de una prótesis, entrenamiento de rehabilitación y consulta sicológica, de un centro operado por el Proyecto de Rehabilitación de China y cofundado por la Cruz Roja de Hong Kong y la Corporación Bancaria de Shanghai.
El centro costó 68 millones de yuanes (unos 10,5 millones de dólares estadounidenses), según Phillip Chan, director del Proyecto de Rehabilitación de China de la Cruz Roja de Hong Kong.
El referido proyecto, actualmente gestionado conjuntamente por la Cruz Roja de Hong Kong y la Federación de Discapacitados de Deyang, continuará hasta 2013, cuando su gestión pasará a la administración local.
Chan expresó que hasta finales de marzo pasado, el centro atendió a 1,377 discapacitados por el terremoto. La mayoría de los pacientes provenían de Deyang o ciudades cercanas. Para quienes viven en las áreas rurales de esas ciudades, el centro provee alojamiento gratuito y cubre sus gastos de transporte.
La instalación ha brindado entrenamiento físico y capacitación ocupacional a 2,000 personas, consulta sicológica a 1,178 personas y sus familiares, y ayuda a 434 personas para que pudiesen regresar con sus familias y a sus comunidades.