Salvando vidas
Uno de los 18.000 viajes de Shi atravesando el lago
La vida en esto pueblo rodeado de agua parece caracterizarse por su monotonía, tan sólo turbada por puntuales incidentes dramáticos. El tiempo que pasa en el lago ha hecho de Shi un auténtico salvavidas en numerosas ocasiones: en 1992, salvó a una pareja de turistas que había caído al agua durante un paseo por el lago, en 2003, a un niño de cuatro años que se había adentrado peligrosamente en las aguas, y, particularmente, en 1997, a 17 estudiantes de secundaria cuyo bote había naufragado en medio del lago y que, no sabiendo en la mitad de los casos siquiera nadar, se hubieran ahogado si Shi no hubiera estado cerca con su bote en aquel momento.
Este incidente le valió ser reconocido por todos como un héroe, e incluso la prensa local se hizo eco de la noticia.
Por otro lado, dada la fragilidad de su bote, es increíble lo impecable del historial de Shi en lo tocante a la seguridad en sus desplazamientos. Incluso cuando en 2004 una fuerte tormenta le sorprendió en mitad del lago mientras llevaba a seis niños en su bote, finalmente no hubo que lamentar ninguna desgracia.
Shi dice que en esa ocasión estaban todos muy asustados, los fuertes vientos les empujaban lejos de la orilla y el agua había empezado a entrar en el bote, y desde entonces decidió que por seguridad nunca volvería a llevar a más de dos o tres niños a la vez en su bote, y que estos debían tener diferentes edades para que los mayores, más fuertes, pudieran ayudar a los pequeños en caso de necesidad.
Desde luego los niños y sus padres tienen muchísimas razones para confiar en su maestro y agradecerle la labor que lleva a cabo. Cuando se le pregunta a Shi cual es su sueño, contesta que “conseguir uno de esos botes grandes con motor que pueden transportar a una docena de personas y tienen un recubrimiento de hierro para el casco”. Pero este sueño, de por lo menos 20,000 yuan, está por el momento lejos de su alcance.