Wen, quien llevaba un listón en el pecho, abrazó a los tres niños y les preguntó sobre sus estudios y vida. El primer ministro se sintió muy complacido al ver que los niños, junto con su abuela de unos 80 años de edad, han recibido subsidios para familias afectadas por la enfermedad.
Wen les obsequió una colección de diccionarios y una mochila y los alentó a estudiar arduamente y a tener una vida significativa.
El distrito Yingzhou de Fuyang sufre una elevada incidencia de VIH.
Más tarde, Wen acudió a la aldea Dahu del distrito Funan, donde existe un gran número de portadores del VIH. Los aldeanos infectados con el VIH se conmovieron hasta las lágrimas cuando el primer ministro los saludó de mano y charló libremente con ellos.
Wen guardó silencio cuando supo que una niña de siete años de edad, Xiao Xue, es portadora del VIH. El pidió a la niña que se sentara a su lado y la alentó a tener fe en la vida.
El primer ministro preguntó sobre la aplicación de las políticas nacionales de prevención y control del SIDA en la aldea y elogió los esfuerzos locales para que la política de "cuatro aspectos gratuitos y una sola atención" sea aplicada bien desde 2004.
La política incluye proporcionar medicamentos antivirales y tratamiento gratuitos a los pacientes pobres, además de servicios de asesoría y análisis de anticuerpos gratuitos, asesoría y análisis maternos gratuitos para mujeres embarazadas y exención de cuotas escolares a los niños que hayan quedado huérfanos por el SIDA. El gobierno local también ofreció subsidios a enfermos y huérfanos del SIDA.
El primer ministro asintió con la cabeza al enterarse de que las ventas locales de alimentos, los agricultores que trabajan en las ciudades como empleados eventuales y la educación de los niños no fueron afectados por la discriminación contra la enfermedad.