The New York Times publica en los últimos días unas fotos de los antiguos patios de Beijing e informa la vida de los extranjeros en esta ciudad. Periodistas de esta revista también hace una visita sobre los patios y su historia a registrar con artículos y cámara las huellas históricas que quedan cada vez más lejos de nosotros.
Defensores de la antigua ciudad de Beijing han hecho numerosas gestiones por proteger los patios aún existentes. Desafortunadamente, tienen que afrontar una destrucción silenciosa contra estas huellas históricas: gente de la clase alta y los ricos inversores extranjeros muestran cada vez más interés sobre los típicos patios de Beijing. Los dueños locales vendieron sus antiguas casas por alto precio y los acaudalados se mudan aquí. Sin embargo, los característicos históricos de los patios dotados por esta tierra quedan eliminado por las distintas modas de vida de sus nuevos dueños.
Entre los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, los que vivían en los patios eran normalmente familias de dos o tres generaciones. A los lados de los callejones se veían muchas tiendas y puestos de comestibles. Era muy ordinario discubrir a los ancianos tendidos en sillas extensibles jugando a cartas y numerosas bicicletas. En el caso de hoy, residentes en el patio, en vez de ser más de diez beijingneses, regularmente son una adinerada pareja y su hijo o hija. Nunca cocinan al aire libre ni necesitan ir al único baño público que está al final del callejón. Construyen una cocina llena de aire artístico, equipa los aparatos de sauna y SPA(salud por agua) y aparca su coche privado en el garaje subterraneo. ¡Hasta que un dueño chino ha edificado una piscina en el patio!