No se ha registrado ninguna gran epidemia en las zonas devastadas por el terremoto de 8,0 grados en la escala de Richter el pasado 12 de mayo en la provincia suroccidental china de Sichuan, pero la prevención de enfermedades aún supone un gran desafío para las autoridades, informó hoy el Ministerio de Salud Pública.
"Las zonas afectadas por el temblor cubren una enorme superficie de tierras con limitado acceso de transporte. El posible desbordamiento de los lagos formados tras el terremoto también podría dificultar el progreso de los trabajos de prevención de enfermedades", indicó el portavoz del ministerio, Mao Qunan, en una conferencia de prensa celebrada en Beijing.
Mao informó que su cartera había intensificado la vigilancia e información de enfermedades contagiosas en las zonas sacudidas por el seísmo, y habían acelerado la inoculación de emergencia de las personas susceptibles de contraer enfermedades infecciosas para ayudar a prevenir dolencias tales como la hepatitis A y la encefalitis B.
El ministerio también había enviado a trabajadores sanitarios a dichas zonas para garantizar la seguridad del agua potable y de los alimentos de los supervivientes del terremoto.
Hasta ahora, el número de trabajadores médicos enviados por el ministerio a las zonas afectadas por el seísmo para atender a los heridos y colaborar en la prevención de enfermedades ha ascendido hasta los 10.000, según destacó Mao. Fin