Ante la creciente preocupación global sobre las emisiones de gases de invernadero y el cambio climático, China ha lanzado ocho plantas de biomasa en cinco de las provincias más importantes en la producción de cereales, con el fin de reducir las emisiones de dióxido de carbono producidas en la generación eléctrica.
Las plantas, con una capacidad total instalada de 200.000 kilowatios, podrán quemar anualmente 1,6 millones de toneladas de tallos mientras generarán 1.400 millones de kilowatios/hora de electricidad, según Cui Mengshan, gerente encargado de planificación y desarrollo de la Corporación Nacional de Energía Biológica, filial de la Corporación Estatal de la Red Eléctrica de China.
De acuerdo con Cui, "en comparación con las plantas termoeléctricas, los proyectos de biomasa podrían reducir anualmente las emisiones de dióxido de carbono en 800.000 toneladas".
En diciembre pasado China inició una campaña para convertir los tallos en energía limpia, cuando la Corporación Estatal de la Red Eléctrica lanzó su primera planta de biomasa en la oriental provincia de Shandong.
El proyecto, que anualmente quema 200.000 toneladas de tallos, ha permitido a los campesinos beneficiarse de los "desperdicios" que quedan luego de las cosechas.
Cifras del gobierno local muestran que el proyecto bioenergético ha producido un aumento de 40 millones de yuanes (5, 33 millones de dólares) en los ingresos anuales de casi 50.000 familias locales.
A lo largo del último año, se ha dado inicio a programas similares en otras cuatro provincias consideradas como bases de producción cerealera, a saber, Hebei, Jiangsu, Henan y Heilongjiang.
De acuerdo con pronósticos oficiales, la capacidad instalada de electricidad bioenergética en China alcanzará 5,5 millones de kilowatios en 2010, según el XI Plan Quinquenal (2006-2010) del país asiático, un completo programa gubernamental cuyo principal objetivo es lograr un más alto grado de desarrollo económico y social. Gracias a esto, en 2010 las emisiones de dióxido de carbono se reducirán a 2.200 toneladas, dijo Cui.
La industria cerealera china produce unos 600 millones de toneladas de tallos al año, de las que unos 200 millones de toneladas pueden utilizarse como energía limpia. Fin