Sin embargo, a la vez que crece como negocio, el turismo se ha convertido en uno de los principales factores de contaminación, y varios centros vacacionales han sido descubiertos descargando basuras y aguas residuales directamente en el lago, al mismo tiempo que muchos viajeros no dudan en abandonar empaques de comestibles y botellas vacías en los alrededores.
Adicionalmente, el aumento de las temperaturas y la disminución de las lluvias han acelerado la reducción del volumen de agua de la laguna en las últimas décadas.
Estadísticas de la administración provincial de protección ambiental muestran que el lago disminuyó en más de 380 kilómetros cuadrados entre 1959 y 2006, con el nivel promedio del agua reduciéndose en tres metros. Actualmente es de 18 metros.