"Estoy mucho más delgado en mi nueva figura" comentó Beltzner en una sala de programadores de Silicon Valley, donde su cara aparecía en una pantalla LCD de 38 centímetros sobre una estrecha máquina de aluminio que parecía una aspiradora de pie.
Al terminar la reunión "Robot-Beltzner", como le llama un compañero, se mezcló con los humanos y charló con ellos.
"Con el robot descubrí que obtenía el mismo tipo de conexión interpersonal durante las reuniones y el mismo tipo de contacto no verbal que si estuviese en la sala”, comentó Beltzner.
Chad Evans, diseñador de software de Atlanta, tiene un robot que le permite trabajar en Philips Healthcare, en Foster City, California. Cuando se sienta en su oficina, en la capital del estado de Georgia, se ve en una pantalla encima del robot "Chadbot", prototipo de 1,2 metros construido por RoboDynamics, de Santa Mónica, California.
Sus compañeros de trabajo pueden ver así si él está disponible.
"Si uso Skype he de iniciar una llamada. Así obtengo una habilidad pasiva. Me siento allí como si estuviese en mi oficina. Veo a la gente ir y venir", describió.
La posibilidad de que los robots que operan de manera remota puedan ser usados por algunos directivos como aparatos de control ha puesto nervioso a algunos novatos del sector.
"No quiero que esta tecnología sea vista como un medio opresor", comenta Trevor Blackwell, fundador y director ejecutivo de Anybots.
Los ejecutivos de Vgo dicen que imaginan a sus robots cuidando a las personas mayores. Con ellos los hijos pueden ayudar a sus padres desde lugares remotos, permitiéndoles ser independientes por más tiempo.
De todos modos, nadie duda que los robots de telepresencia serán aceptados no sin encontrar resistencia.
Lou Mazzucchelli, un experto en video-teleconferencia, sugiere que los robots deberían convertirse en el nuevo objetivo de sus compañeros frustrados. "Todos esos productos están empezando a darles la patada", subrayó.
Una nueva generación de robots está haciendo posible estar en dos sitios a la vez. Con una conexión inalámbrica, el operador puede usar el robot para oír, hablar, ver y ser visto y moverse en un lugar de trabajo lejano desde cualquier otro escenario. Entre los primeros adeptos se encuentran los doctores, los expertos en tecnologías y los supervisores. Los robots varían en tamaño, funciones y precio. Aquí tienen una muestra.