El cambio climático en todo el planeta y sus efectos desfavorables constituyen un problema de suma importancia para la humanidad. Las actividades del hombre a partir de la Revolución Industrial, sobre todo el consumo cuantioso de energía y recursos de los países desarrollados en el proceso de la industrialización, han conducido al aumento de la densidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera, originando notables cambios caracterizados principalmente por el calentamiento del clima global en los últimos 50 años. Ello influye directamente en el sistema ecológico natural del mundo, provocando serios desafíos a la subsistencia y el desarrollo de la sociedad humana.

China, país en vías de desarrollo, tiene una población numerosa, bajo nivel de desarrollo económico, condiciones climáticas complicadas y gran fragilidad en el ambiente ecológico, características que la convierten en presa fácil de los efectos adversos del cambio climático, devenido en una amenaza práctica para el sistema ecológico natural y el desarrollo socioeconómico del país. Así queda demostrado en dominios como la agricultura, la ganadería, la silvicultura, el ecosistema natural y los recursos acuáticos, además de las zonas ecológicamente frágiles y el litoral. El acomodarse a las condiciones expuestas por el cambio climático resulta apremiante para la China actual. El país, en su etapa de desarrollo económico acelerado, enfrenta una situación seria y tareas pesadas para con el cambio climático, bajo múltiples presiones procedentes del desarrollo de la economía, la eliminación de la pobreza y la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero.

Como país en vías de desarrollo responsable, China presta suma atención al problema de cómo responder al cambio climático y comprende a plenitud lo importante y apremiante que resulta enfrentar dicho fenómeno. Según la demanda de la concepción científica del desarrollo, China planifica el desarrollo de la economía y el fomento ecológico, combinando el nacional con el internacional y el presente con el futuro, y elabora e implanta proyectos estatales de enfren-tamiento al cambio climático, poniendo en práctica una serie de políticas y medidas en respuesta al problema. China enmarca la respuesta al cambio climático en la estrategia de desarrollo sostenible, el aceleramiento de la construcción de una sociedad tipo ahorradora de recursos y amigable con el medio ambiente y la construcción de un país tipo innovador. Para ello, toma como núcleo el desarrollo económico, como puntos importantes el ahorro de energías, la optimización de la estructura de energías y el refuerzo de la protección y el fomento del ecosistema, como apoyo los progresos cientí-ficos y tecnológicos, para controlar, reducir y aliviar la emisión de gases de efecto invernadero y elevar constante-mente la capacidad de acomodarse al cambio climático.

China participa activamente en el proceso de respuesta al cambio climático impulsado por la comunidad inter-nacional. Cumple con seriedad la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Protocolo de Kioto, desplegando un papel positivo y constructivo en la cooperación internacional sobre el tema.