En lo que podría convertirse en un gran avance en la lucha contra el cáncer, investigadores de la Universidad de Washington (WU) han modificado una medicina china tradicional para crear un compuesto que parece ser mil veces más efectivo, en la erradicación de ciertos tipos de células cancerígenas, que las medicinas que se usan en la actualidad. Este avance daría a los enfermos la oportunidad de llevar un tratamiento de quimioterapia con efectos secundarios mínimos.

Los científicos a cargo de la investigación colocaron un elemento químico que direcciona la artemisina para que apunte sólo contra las células cancerígenas, dejando intactas a las células saludables. El compuesto mata alrededor de 12 mil células enfermas por cada una sana, por lo que su uso podría ser considerado como un método, prácticamente, sin efectos colaterales. Los resultados de esta investigación fueron publicados en la última edición de la publicación Cancer Letters.

“El compuesto funciona como un agente secreto que planta una bomba dentro de la célula”, explicó Tomikazu Sasaki, profesor de química de la citada universidad y uno de los responsables del estudio. Una droga contra el cáncer que tuviera efectos secundarios casi impercetibles sería más efectiva que todos los métodos con que contamos actualmente, pues sería mucho más seguro tomarla en dósis elevadas, añadió el científico.

En el estudio, los investigadores de la WU probaron el compuesto en células de leucemia humana. Los resultados mostraron que es altamente eficaz en la eliminación de células cancerígenas. Sasaki comentó que se tienen resultados preliminares mostrando que el compuesto actua de forma similar en cánceres de pecho y próstata. “Es altamente efectivo y seguro al matar cáncer de pecho en ratas”, afirmó el entrevistado.

Este compuesto da un nuevo giro a la concepción que se tiene sobre el uso de la artemisina, la más común de las drogas utilizadas contra la malaria, que deriva de la artemisa annua, también conocida como ajenjo dulce, empleada en la medicina herbal china como antipirético desde hace más de dos mil años. Este tipo de artemisa también es servida en ensaladas en algunos países asiáticos.