La nave Shenzhou VII, que realizará la tercera misión espacial tripulada de China, será transportada al espacio mañana jueves, por el cohete Gran Marcha II-F.
Desarrollado por la Academia de Tecnología de Vehículos de Lanzamiento de China en 1992, el Gran Marcha II-F pertenece a la familia de vehículos de lanzamiento "Gran Marcha" del país, que también portó al espacio al primer satélite artificial de China, el Dongfanghong 1, el 24 de abril de 1970.
Esta familia de cohetes sufrió varios problemas en la década de los años 90, aun así, ha completado 108 lanzamientos con éxito, desde octubre de 1996. Tanto las naves Shenzhou como la sonda lunar Chang'e fueron transportadas por un portador de este tipo.
Por su parte, el Gran Marcha II-F, de 58,3 metros de largo y unas 480 toneladas de peso, cuenta con tres dispositivos de imagen. Además, los ingenieros llevaron a cabo un total de 36 innovaciones tecnológicas en este modelo de cohete, con el fin de minimizar los malestares físicos de los astronautas y de incrementar su seguridad y fiabilidad. Para esto, los técnicos instalaron aparatos correctivos para combatir las vibraciones reportadas por el astronauta Yang Liwei, tras la misión Shenzhou V en 2003.
La mayoría de los cohetes chinos en uso fueron diseñados en la década de los 80, por lo que algunos de ellos ya están pasados de moda. También está previsto que el Gran Marcha II-F sea retirado después de la misión Shenzhou VII.
A fin de innovar su industria espacial, China está desarrollando una nueva generación de cohetes portadores, que operarán a base de propulsores no peligrosos, estarán equipados con módulos más flexibles y serán compatibles con una mayor variedad de tipos de satélites.
El primer cohete del mundo fue lanzado por la Unión Soviética en 1957 y actualmente, además de China, EEUU, Europa, Japón, India, Ucrania e Israel cuentan con la capacidad de lanzar cohetes portadores al espacio. Fin