Con la entrada en órbita hoy viernes de la tercera nave espacial tripulada, la Shenzhou VII, China ha cumplido con la misión de controlar más de una nave espacial en tiempo real, puesto que también dirigía la sonda lunar Chang'e-1.
El hecho de que el Centro de Control Aeroespacial de Beijing (BACC, iniciales en inglés) tenga la capacidad de controlar tanto la Shenzhou VII como la sonda que gira en órbita alrededor de la Luna a 380.000 kilómetros de la Tierra supone un avance histórico en el desarrollo del control aeroespacial del país asiático, dijo Zhu Mincai, director del citado centro.
El BACC, establecido en marzo de 1996, figura ya en la primera categoría mundial en términos de control orbital en tiempo real y procesamiento de datos de alta velocidad, y es el centro de mando del programa espacial tripulado de China.
El control aeroespacial, el procesamiento de datos y el intercambio de informaciones durante las anteriores seis misiones espaciales de China, además de la misión de la sonda lunar y otros lanzamientos de satélites, también se llevaron a cabo en esta base.
El centro también ha desarrollado un software capaz de calcular con precisión los datos de reentrada de la nave tripulada, un hecho que constituye la mejor prueba de su capacidad. Ésta se ha demostrado también en la predicción precisa del punto de aterrizaje de las naves Shenzhou V y VI, que estuvieron a sólo varios kilómetros de las localizaciones preestablecidas.
El BACC ha preparado 230 planes de emergencia para hacer frente a posibles accidentes durante la caminata espacial.
También se han actualizado los ordenadores e instalaciones de proyección en el centro de control para garantizar la retransmisión en directo del paseo espacial mañana sábado.