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Astronautas chinos hablan sobre la sensación de ir al espacio
Agregar a favoritos | Imprimir | e-mail | Corregir   20:03 25-09-2008 / spanish.china.org.cn
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El astronauta chino Yang Liwei dice que nunca olvidará el momento en que su nave se elevó, convirtiéndolo en el primer viajero espacial de su país.

"Cuando me despedí de la multitud tuve la sensación de que todo el país estaba ahí para apoyarme. Ese momento estará para siempre en mi memoria", asegura.

El 15 de octubre de 2003, Yang subió a la nave Shenzhou V y comandó el primer viaje al espacio de la nación más poblada del planeta. Su misión fue transmitida en vivo a todos los rincones del país.

"Cada momento del vuelo fue memorable. (La misión) fue el primer gran paso de China en su exploración espacial", sostiene.

Pese a que no hay duda de que para Yang fue todo un privilegio convertirse en el primer "taikonauta" chino, su viaje no fue necesariamente un placer, y, a pesar de la juciosa planeación y los exigentes entrenamientos, no estuvo exento de sorpresas.

Unos 100 segundos después del despegue, el cohete empezó a vibrar con violencia. "Sentí que mis órganos se volteaban al revés, y durante el ascenso experimenté náuseas en varias ocasiones", recuerda.

Antes de que pudiera recuperarse de esas vibraciones, fue golpeado por la inevitable pérdida de gravedad. "De repente perdí todo sentido de la dirección. Es una sensación que nunca experimenté durante el entranamiento", confiesa.

"Permanecer en el espacio fue algo totalmente diferente. En todo el viaje sólo dormí algo así como media hora, y pasé el resto del tiempo tratando de disfrutar la experiencia al máximo", continúa.

"Pude ver las líneas costeras y las montañas de la tierra. Cuando la nave pasó de la sombra al lado soleado del planeta, apareció aquella impresionante aura en el horizonte, la belleza de esa escena fue impactante", rememora emocionado.

"Nunca me sentí solo. Sentí como si toda la humanidad y la Tierra estuvieran conmigo y me estuvieran apoyando", asegura.

Cuando Yang regresó a la superficie terrestre era no sólo un héroe espacial sino nacional. Fue ascendido de rango, y fue testigo de una descomunal multiplicación de interés público en la exploración espacial.

Al respecto dice: "Ahora siento una presión aún mayor que antes, mi responsabilidad es más grande. Espero que mi experiencia pueda despertar el interés de más jóvenes. Esa tarea puede ser aún más grande que la de pilotar una nave espacial".

En la actualidad, Yang tiene a cargo gran cantidad de deberes administrativos, pero aún entrena con sus compañeros. "Mantener un alto nivel de habilidad es un requisito básico para los astronautas. Estoy listo para cuandoquiera que sea llamado para una nueva misión", dice.

Después de Yang, otros dos taikonautas chinos fueron enviados al espacio. En 2005, Nie Haisheng y Fei Junlong pasaron cinco días orbitando la Tierra a bordo de la nave Shenzhou VI.

Para dicha misión, los ingenieros realizaron varios ajustes tanto al cohete como a la cápsula para aliviar un poco las incomodidades físicas. Sin embargo, la pareja también tuvo que hacer frente a los retos propios de un viaje espacial, como la descompresión y el mareo.

Fei deleitó a los telespectadores con unos cuantos "saltos mortales" en la cápsula, aprovechando la ausencia de gravedad. Por su parte, Nie disfrutó de un set de alimentos preparados a su gusto, aunque no incluían sus sabores favoritos, el picante y la salsa de ajo. Aparte de llevar a cabo las tareas establecidas en el programa de la misión, charlaron e intercambiaron ideas sobre la pesca, un pasatiempo que ambos comparten.

Cuando se unieron a Yang en el selecto club de aquellos que se han alejado más de 300 kilómetros de la Tierra, también fueron cautivados por la belleza del espacio.

"Cuando estábamos allá arriba no pude evitar mirar hacia la Tierra por la ventanilla. El universo es infinito, pero la Tierra es el único lugar al que podemos llamar nuestro hogar, y aquí es donde todos tenemos nuestras raíces", sostiene Nie.

Por su parte, Fei recuerda que en una ocasión un astronauta alemán le preguntó si le gustaría volar de nuevo al espacio. "Sin duda alguna", fue la respuesta.

La misión espacial Shenzhou VII, la cual incluye una caminata espacial, será más exigente y más peligrosa que las dos anteriores, de acuerdo con los taikonautas.

"Esta misión es un preludio de un capítulo más avanzado en el desarrollo de la industria espacial de China, y todo el pueblo chino espera que sea exitosa", dice Yang.

La palabra "taikonauta" es utilizada en China para referirse a los astronautas locales, y tiene su origen en los caracteres "tai" y "kong", que significan "espacio".


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25-09-2008 , agencia de xinhua
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