Estoy sentado en la orilla norte del lago Houhai. El azul del cielo hace que el día sea perfecto. Es todo tan claro que de hecho puedo ver hasta Guomao y la parte alta de la torre de la Televisión Central de China (la parte bajo está escondida detrás de los sauces en primer plano). Lo último que quiero hacer es moverme; prefiero reclinarme y disfrutar de la vista.

Pero en eso llega He Ming, el entusiasta fundador del Bote del Dragón de Beijing. Ha reunido a nuestro grupo, una mezcla de principiantes como yo y personas como Sun Di quien ha sido un miembro comprometido con el grupo durante los últimos tres años. Estoy a la espera de que se me dé algo de teoría básica, pero después de un breve ejercicio calentamiento, agarramos nuestros remos y saltamos al bote para la prueba de fuego ( o mejor dicho una prueba de agua, como lo es este caso).

Para las carreras, los botes están decorados con cabezas y colas de dragón. Durante la práctica, estos decorados son retirados, aunque la disposición es prácticamente la misma: 10 remeros sentados en parejas a lo largo del estrecho bote, mientras que un “sweep” se siente atrás y conduce. La única persona que no está es el percusionista. Las rítmicas palabras de He Ming “Jia You” (échenla ganas) y “Yong li” (con fuerza) hacen las veces de metrónomo para que rememos en sincronía.

Elijo un lugar al frente del bote. Es una decisión de la que me arrepiento inmediatamente después porque me doy cuenta que esa pareja es vital. Ellos marcan la marcha de los remeros sentados por detrás y deben remas en sincronía perfecta. He Ming rápidamente nos enseña los movimientos (“mantén el remo cerca del bote, jálalo hacia atrás, levántalo y después gira el torso para acomodarte una vez más) mientras nos embarcamos.

Nuestro primer intento está tan sincronizado como la música en vivo que sale de los bares de la orilla en el crepúsculo. Pero la remera sentado a mi lado, Ali, me da un par de consejos y reduce la marcha para que tenga oportunidad de seguirle el paso. Nuestro siguiente intento es mucho mejor.

Es la primera vez que Alí surca en las aguas de Beijing, pero según me dice después, solía remar competitivamente en Hong Kong. “ Es el mejor deporte en equipo que he hecho”, me dice. “Se trata en realidad de trabajar conjuntamente y en armonía. Cuando un equipo hace química, entonces es como si volaras”.