El turismo chino: "Finalmente estamos viendo el mundo"

Todos están peleando por una parte del derrame. En octubre, el gobierno británico anunció planes para simplificar los procedimientos para la obtención de visas británicas para los chinos, con el objetivo de atraerlos para 2015. India ha lanzado tours en chino de la vida de Pi, luego de que la película se convirtiera en un éxito taquillero en China, y mientras tanto, Grecia se encuentra promoviendo “lunas de miel idílicas” en el mercado chino. Incluso el régimen de Mugabe en Zimbabwe está intentado negociar un “pacto de turismo preferencial” con Beijing- a pesar de las tensiones diplomáticas del año anterior, luego de que la policía a las afueras de Harare arrestara a cuatro trabajadores inmigrantes chinos por supuestamente matar y comer tortugas de una rara especie.

Con la proliferación en números también ha llegado el previsible, pero mayormente fuera de lugar, sentimiento de que los viajeros chinos han desplazado a los estadounidenses como los nuevos turistas “feos” del mundo. La tendencia de viajes independientes está fuertemente al alza, especialmente entre los chinos más jóvenes. Sin embargo, alrededor de la mitad de los turistas chinos aún viaja en grupos organizados- un factor que incrementa su visibilidad colectiva y amplifica los estereotipos y desconocimiento cultural en ambos lados.

Abundan los informes acerca de que los turistas chinos son ruidosos y groseros, que se rehusan a formar filas o dar propinas. Otras quejas van desde lo práctico hasta lo surrealista. En julio, los residentes de la pequeña ciudad suiza de Lucerna protestaron debido a que hasta 120 autobuses de turistas chinos llegaban al día, paralizando el tráfico local mientras depositaban viajeros que deseaban comprar relojes de lujo. Después hubo informes extraños, mostrados por los medios chinos, de turistas chinos peleando en campos de lavanda franceses por el mejor lugar para capturar un “momento Monet”en una fotografía. Un grupo que viajó a Corea del Norte causó desdén por lanzar dulces a los niños, como si estuvieran “alimentando patos”, en tanto que una cantidad de chinos en las Maldivas supuestamente fueron descubiertos otorgando documentos falsos de matrimonios a hoteles de lujo para tratar de obtener las cenas gratis que se ofrecían a los recién casados.

Aún así, el hecho de que tales cuentos alcancen los titulares parece reflejar la hipersensibilidad actual hacia el comportamiento de los chinos en el extranjero más que cualquier otra cosa. En una encuesta reciente de la página LivingSocial, los estadounidenses aún fueron colocados en el puesto de los turistas menos populares por cinco países distintos, incluyendo,de forma reveladora a los estadounidenses mismos. A los británicos y alemanes les fue un poco mejor.

Tailandia está al frente de esta moda. Con su mezcla de templos, playas y compras, la llamada “tierra de las sonrisas” es el destino más popular para los viajeros chinos, luego de los territorios de Hong Kong y Macao. Tong está visitando Tailandia, junto con otros 35 de la ciudad de Hangzhou, al sureste de China, incluyendo a sus joviales abuelos, en un tour organizado de siete días. El viaje le costó 817 dólares a cada uno, incluyendo los vuelos.

“Quería venir para ver a los elefantes y las estatuas de Buda. Es un sitio muy sagrado” explica. “Pero mi familia lo escogió sobre todo porque está a sólo cuatro horas de vuelo de China y obtuvimos una buena oferta”.

Pattaya se encuentra en casi todos los itinerarios de los grupos de tour chinos. Anteriormente una aldea de pescadores, la ciudad se convirtió en un parque de diversiones del turismo durante la guerra de Vietnam, cuando las fuerzas estadounidenses descubrieron su bahía de aguas prístinas, enmarcada por palmeras. Hoy en día, atrae a unos 8 millones de turistas al año, incluyendo más de un millón de chinos. Sin embargo, los viajeros chinos están extrañamente ausentes del bullicioso centro de la ciudad y sus playas principales.

No son difíciles de encontrar una vez que sabes en dónde buscar. Los estacionamientos atiborrados de autobuses demuestran la presencia de grupos en los numerosos espectáculos con elefantes, granjas de cocodrilos y serpientes, cabarets de ladyboys y centros comerciales en Pattaya. En Tailandia, la proporción de chinos viajando en grupos aumenta hasta el 70%. La mayoría de los tours van de una sola atracción hasta la siguiente, deteniéndose solamente a comer en restaurantes chinos (comer comida tailandesa es usualmente una actividad por separado) antes de regresar a sus hoteles por las tardes. Queda reservado a los rusos – el otro gran flujo de turistas en años recientes- jugar en la bahía principal, gritando montados en motos acuáticas y regatear con los vendedores de la playa acerca del precio de sarongs de poliéster.

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