
3. También fue un negado para los estudios
Doraemon siempre está echándole la bronca a Nobita por sus bajos rendimientos académicos, pero lo cierto es que él también fue un cafre en su juventud. Salió defectuoso de fábrica por culpa de un tornillo mal colocado, por lo que fue enviado a la escuela de robots. Allí no dio pie con bola y superó de milagro el examen final. Gracias a sus bajas notas terminó en una tienda de robots a un precio inferior al de su categoría. Pasaron varios años hasta que el nieto de Nobita, en la ruina, encontró la ganga. Sus descendientes decidieron enviar al robot al pasado para que enmendara a Nobita y les labrase un futuro más próspero.