
2. Originalmente era amarillo y tenía orejas
Doraemon salió de la fábrica de robots donde fue construido pareciendo realmente un gato. No obstante, un ratón le comió las orejas, provocándole una verdadera fobia a cualquier roedor. Con el objeto de reponerse del trauma tomó una poción revitalizante, pero se confundió de frasco e ingirió una poción depresiva que le tuvo llorando durante tres días y tres noches, deshaciendo la capa de pintura amarilla para revelar el verdadero tono azul de su cuerpo metálico.