(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – En los últimos años, una universidad en Dakota del Norte, Estados Unidos, concedió títulos académicos a unos 400 estudiantes extranjeros a pesar de que éstos no habían completado los requisitos necesarios, según ha revelado una auditoría en la Universidad Estatal de Dickinson.
La noticia habrá incomodado a muchos padres en China, ya que cerca del 95 por ciento de los estudiantes implicados eran chinos. El caso ha puesto de manifiesto los riesgos que las familias chinas afrontan al pagar grandes sumas de dinero en la educación de sus hijos en el extranjero. En muchos casos, esta inversión da lugar a lo que los sociólogos llaman “los nuevos pobres urbanos”.
“Los padres rinden sus últimos recursos para apostar por el futuro de sus hijos enviándolos al extranjero”, explica Lao Kaisheng, investigador en política educativa de la Universidad Normal de la Capital, en Pekín. “Si sus hijos no consiguen trabajos decentes y el salario no corresponde a sus expectativas, los padres se verán obviamente abocados a la pobreza”, indica.
Datos del ministerio de Educación muestran que más de 330.000 personas en toda China han salido al exterior para estudiar en 2011, convirtiendo a China en el mayor proveedor de estudiantes para las instituciones occidentales.
El deseo de enviar a los vástagos a universidades foráneas ha existido durante décadas, pero en la actualidad se ha visto impulsado por la creencia de que una educación extranjera dará a los jóvenes ventaja para competir en el duro mercado laboral chino.
Sin embargo, pocas familias chinas cuentan con lo suficiente como para cubrir la matrícula, el alojamiento y los costos de vida que implican vivir en el extranjero, que potencialmente pueden sumar cientos de miles de yuanes. En vez de ello, muchos eligen asumir una deuda masiva en un momento crítico de sus vidas. “Es una jugada, y las apuestas están altas”, según los expertos.
“La gente tiene que pensar en la inversión y los potenciales beneficios, así como los riesgos que conlleva cualquier inversión”, explica Zhang Jianbai, quien gestiona una escuela privada en la provincia de Yunnan y se autodefine “explorador” de nuevos modelos educativos. Zhang cuenta que algunos padres de Yunnan, con sueldos de solo 2.000 yuanes al mes (320 dólares) a menudo venden sus apartamentos para financiar los estudios de sus hijos en otros países.
Según Zhang, las penurias de algunos padres podrían haberse evitado si hubieran elegido otro modelo a la hora de educar a sus hijos.