1. Pánico por la sal
Muchos acudieron en masa a los supermercados para comprar paquetes de sal yodada, ya que creían que el yodo contenido en ella podría ayudar a prevenir la radiación procedente de la planta nuclear de Fukushima, golpeada por un terremoto de magnitud 9,0 el 11 de marzo de 2011. Muchos también pensaron que el accidente nuclear contaminaría los suministros futuros de sal.